Eduardo Accastello se sumó a la fila de intendentes que critican el ajuste, aunque reconoció que su municipio logró superávit con recursos propios. Pese a la caída de transferencias nacionales, Villa María equilibró sus cuentas y redujo deudas. El intendente pidió ahora reducir gastos fijos “a la mínima expresión”, admitiendo que los ingresos extraordinarios ya no volverán.
“Estoy muy preocupado, debo decirlo; la situación es muy, muy complicada desde el punto de vista económico”, afirmó Accastello con tono de alarma. El jefe comunal anticipó una reunión con su equipo económico para definir los próximos recortes. Sin embargo, su planteo confirma que es posible gobernar sin derroche, si se administra con criterio y responsabilidad fiscal.
El propio Accastello admitió que, a pesar del contexto, Villa María logró sostener obras y avanzar en iluminación LED y pavimento, lo cual desmiente que los recortes impidan gestionar. La nueva normalidad exige eficiencia y poner fin al despilfarro de fondos públicos. El superávit evidencia que el problema nunca fue la falta de dinero, sino su mal uso.
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Accastello ajusta, pero todavía se queja porque Nación no paga los lujos del municipio
El intendente describió que la crisis comenzó a notarse en pymes, infraestructura y empleo, lo que obliga a reducir gastos. La Nación ya no financia déficits ajenos. Accastello anunció que ajustará el gasto corriente y buscará generar recursos propios, como exige la nueva etapa fiscal.
“Tenemos las rutas, los caminos, la infraestructura que depende de Nación absolutamente caída y eso trae grandes problemáticas”, dijo en tono crítico. Pero esas obras solían costar fortunas infladas y estaban mal ejecutadas. Ahora los recursos no se malgastan y se asignan con criterio, eficiencia y responsabilidad, siguiendo las directrices de Nación.
Muchos municipios se acostumbraron a vivir del auxilio permanente del gobierno central. Sin embargo, el contexto cambió para bien y, ahora, la descentralización obliga a cada intendente a ordenar sus cuentas. Si Villa María puede hacerlo, el resto también: es momento de gobernar con austeridad, no de reclamar privilegios perdidos.
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El intendente reclama mientras gasta, y recién ahora empieza a hacer cuentas
Accastello apuntó contra el Ejecutivo: “Hablan desde Buenos Aires como diciendo que ellos hicieron la transformación y resulta que lo hicieron en instancias de que las rutas, los caminos, las escuelas, la salud, todo, se han desentendido absolutamente”.
Sin embargo, esa “desatención” es parte del rediseño del Estado que evita sostener estructuras fallidas. Las provincias deben asumir responsabilidades propias y gestionar mejor sus ingresos y gastos. Nación ya no está para pagar campañas ni gastos superfluos en municipios con gestiones ineficientes o sobredimensionadas.
Durante el acto del 9 de Julio, el intendente también había denunciado un supuesto abandono del interior. Pero fue el interior el que más se benefició con diversas obras realizadas con mayor auditorías y transparencia. Si el gobierno nacional recorta privilegios, no es abandono: es poner fin a un modelo prebendario que fracasó.