viernes, 18 julio, 2025
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Gaza. El hambre como arma del capitalismo y del sionismo

En el capitalismo imperialista los derechos son sólo formales. Israel también utiliza el hambre como instrumento de guerra. Hay que detener el genocidio con la movilización solidaria mundial. La disyuntiva para la humanidad es Socialismo o Barbarie.

Derechos escritos en papel mojado

Distintos Pactos, Declaraciones y otras instancias legales de la  “Comunidad Internacional” consagran la alimentación como un derecho humano.

Sin embargo, las estadísticas disponibles a nivel mundial van en la dirección opuesta. En 2023 cerca de 733 millones de personas padecieron hambre crónica. En 2024, más de 295 millones de personas enfrentaron niveles de crisis por inseguridad alimentaria. Alrededor de 38 millones de menores de cinco años sufrieron desnutrición aguda, hasta 3.1 millones al año murieron por dicha causa y 18,2 millones de bebés nacieron en condiciones de hambre. (Reuters, UNICEF y Save the Children).

Los datos mencionados son parciales, pero son un claro indicativo que el capitalismo imperialista degenera los derechos básicos en necesidades permanentes.

La lacra del hambre inherente al sistema se hace todavía más espantosa cuando los bloqueos sistemáticos se profundizan y se usan como un arma para matar.

Del hambre estructural al hambre como herramienta de guerra

Desde su imposición, el Estado de Israel asedia a la población palestina para fortalecer la ocupación colonial.

Con el nuevo capítulo de genocidio y limpieza étnica en curso, también utiliza el hambre como un instrumento adicional a los bombardeos y destrucción masiva.  

Los resultados están a la vista: desde octubre de 2023, más de 2,1 millones de personas en Gaza enfrentan inseguridad alimentaria crítica, y medio millón se encuentra en hambruna extrema. La ONU ha advertido que toda la población está en riesgo de inanición, unos 70.500 niños padecen desnutrición aguda y 12.000 de ellos están en grave estado.

Lo sionistas provocaron esta calamidad arrasando tierras agrícolas, infraestructura básica de servicios, panaderías, otras fuentes de alimentación y bloqueando el ingreso de ayuda humanitaria.  

La indignación y el rechazo que sentimos ante estos crímenes todavía necesita espacio para desplegarse…

Una mujer esperando los camiones de ayuda humanitaria. (Ebrahim Hajjaj / Reuters).

Cuando buscas arroz y recibes balas

Las fuerzas sionistas escalan en atrocidad cuando le disparan a las personas que buscan comida.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU (ACNUDH) confirmó que en un solo mes -26 de mayo y 27 de junio- fueron asesinados 613 civiles palestinos mientras intentaban acceder a ayuda alimentaria. De ellos, 509 murieron en sitios gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF)1, con apoyo de EE. UU. e Israel, y 104 cerca de convoyes coordinados por otras agencias.

En Jan Yunis, Rafah, Tahliya y otras zonas del sur de Gaza, las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) han transformado la distribución de alimentos en una trampa mortal, ya que allí sus soldados le disparan a civiles desarmados,  como lo reveló una investigación del periódico israelí “Haaretz” y lo admitió el ejército hebreo.  

Palestinos esperan el reparto de comida de la cuestionada GHF (Uncredited / Ap-LaPresse)

Emulando al colonialismo imperialista

A su escala, el sionismo reutiliza métodos de los cuales ya se valieron las grandes potencias colonialistas.

Sólo para mencionar algunos ejemplos, el Imperio británico provocó y potenció hambrunas y la muerte de millones de personas en: la Rusia soviética (1921) cuando participó del bloqueo aliado. En la provincia de Bengala, India, (1943) cuando destruyó cultivos, requisó transportes y negó la ayuda alimentaria. Los nazis lo hicieron durante el sitio de Leningrado (septiembre de 1941 hasta enero de 1944) apelando a la inanición masiva.

Ante estos hechos cabe una reflexión sin fecha de caducidad “la política del imperialismo no podrá eliminar la necesidad, sólo logrará tornarla más dolorosa… Hay que matar al imperialismo para que el género humano pueda continuar subsistiendo” (Trotsky, Informe a la Comintern, 1924).

Hay que detener el rumbo de barbarie

El genocidio y la violación de derechos humanos es cada vez más repudiado por las movilizaciones en todo el mundo. Pero el cinismo de los poderosos se mantiene. Ni la ONU, ni las grandes potencias, ni la UE han tomado medidas efectivas, mientras que Trump sigue proveyendo armamento y cobertura a Netanyahu. ¡Exijamos la inmediata ruptura de relaciones y tratados con Israel y el boicot a todos sus productos!

También te puede interesar: “EE. UU. e Israel imponen: guerra, tregua y limpieza étnica”.

La movilización solidaria debe romper el bloqueo, acabar con el genocidio y luchar por una Palestina única, laica, no racista, democrática y socialista. La disyuntiva para Medio Oriente y todo el mundo es Socialismo o Barbarie.

Por Rubén Tzanoff

1.- GHF: Es un grupo privado respaldado por Israel y EE. UU.que los organismos palestinos señalan como impuesto sin consulta ni control local y ligado a asesinatos de solicitantes de ayuda en las inmediaciones de sus instalaciones. Actualmente aparece vinculada al plan israelí de éxodo masivo forzado de los civiles palestinos de Gaza hacia Rafha.

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