Al comedor que tiene Patricia en la provincia de Catamarca asisten más de 70 personas, y 56 de ellas son niñas y niños. “Como mamá me parte el alma, muchas veces quisiera brindar más o poder ayudar a todos los que llegan a pedir, pero con lo poco que me brindan no llego”, cuenta a PERFIL. Su proyecto Una Sonrisa para los Niños empezó en 2020, en plena pandemia, como merendero y comedor. Pero el deterioro de las condiciones de vida hizo que cada vez menos personas pudieran colaborar: “Tuve que cerrar el merendero. Hoy solo funciona el comedor, con asistencia que me brinda el gobierno local, que alcanza para tres días a la semana. Aquí donde vivo se ven muchas carencias”, agrega.
La población infantil es la más afectada por la pobreza, aunque, según el último reporte del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, existen marcadas desigualdades regionales “que evidencian la existencia de múltiples infancias en un territorio tan diverso”. Así, mientras según las estadísticas oficiales la pobreza que afecta a los menores de edad presentó un gran pico durante el primer semestre de 2024 y bajó en el segundo semestre de ese mismo año, la caída no fue pareja: en algunos aglomerados, incluso, la situación empeoró.
En Concordia, Entre Ríos, la cantidad de niños y niñas en esta situación pasó del 68,4% al 75% entre el segundo semestre de 2023 y el segundo semestre de 2024. En Gran Salta escaló del 55,1% al 56,3%; en Posadas, Misiones, del 55% al 61,4%; y en Gran Catamarca también tuvo un leve repunte: pasó del 60,1% al 60,4%.
“Los aglomerados del sur del país y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lograron volver a los niveles previos o incluso mejorar respecto al primer semestre de 2023, mostrando cierta capacidad de recuperación. En contraste, los aglomerados del Norte Argentino (NEA y NOA) no solo parten de niveles históricamente más altos, sino que, si bien mejoran respecto al pico de mediados de 2024, no logran volver a los niveles de pobreza infantil previos, consolidando una situación de mayor vulnerabilidad estructural”, advierte el documento de la UCA, que analiza la evolución de la pobreza desde el primer semestre de 2023 al segundo semestre de 2024.
El estudio destaca también que las regiones del NOA y NEA son las más afectadas. “La mejora a nivel nacional no logra reflejarse en estos territorios, que se alejan del promedio y en ellos la pobreza persiste o se incrementa. Al finalizar el período solo un aglomerado del norte logra posicionarse por debajo del promedio nacional: Jujuy-Palpalá; en tanto que la totalidad de los restantes aglomerados del noroeste y noreste presentan tasas de pobreza infantil superiores al promedio”. Ese promedio para el país de la pobreza infantil bajó del 58,8% al 52,8% del segundo semestre de 2023 al segundo semestre de 2024. Durante el primer semestre llegó al 67,3%, el número más alto registrado desde la crisis de 2001.
Por eso, los profesionales que elaboraron el informe afirman que Argentina es “un país partido en dos trayectorias”. Entre el primer semestre de 2023 y el último de 2024 “la mitad de los aglomerados mejora y la otra mitad empeora en términos de pobreza infantil”. Se trata de territorios en donde “la pobreza ya era alta y sigue creciendo”. En contraste, agregan, aglomerados como CABA, Gran Buenos Aires, Mar del Plata, Bahía Blanca y Neuquén lograron bajar sus niveles y posicionarse entre los más bajos. Entonces, aunque el dato total presente una mejora, “esta mejora no se refleja en todos los casos, mientras persisten –e incluso se amplían– las brechas territoriales”.
La pobreza infantil tiene efectos sobre la educación y la explotación laboral. En la región en donde Patricia tiene su comedor, el trabajo infantil tiene una incidencia mayor que el promedio general: según los últimos datos del Observatorio de Trabajo Infantil y Adolescente (2017), mientras a nivel nacional el 10% de los niños y niñas de 5 a 15 años realizan al menos una actividad productiva, en las regiones del NOA y el NEA estos porcentajes se elevan al 13,6% y al 13,1%, respectivamente.
Por otro lado, las regiones con mayor pobreza infantil son las que también presentaron peores resultados en las pruebas Aprender 2024. En el área de lengua, por ejemplo, mientras en el centro y sur del país el 14% de los alumnos obtuvieron puntajes por debajo del nivel básico, en las regiones del NOA y el NEA este porcentaje fue superior al 19%. En la región de Cuyo, mientras tanto, alcanzó el 16%.
A algunos de los niños que lunes, miércoles y viernes asisten al comedor de Patricia les faltan los elementos básicos para asistir a la escuela: desde útiles hasta abrigo y calzado, comenta. A eso se suma la falta de donaciones. “La partida de alimentos que recibimos alcanza para cincuenta personas, nosotros lo estiramos como podemos”.
Mientras la demanda en su comedor crece, las organizaciones que denunciaron al Ministerio de Capital Humano por la falta de entrega de alimentos afirman que la cartera que dirige Sandra Pettovello regularizó la distribución solo en cincuenta comedores. El resto sobrevive de colectas y ayuda de la población.
Patricia solicita que quienes estén interesados en donar se acerquen en persona. “Todos los días llega gente a golpear la puerta para que se le brinde un plato de comida. En tiempos de elecciones se acercan a ayudar, pero se acuerdan una vez y no vuelven más. Lo lamentable es que no se acuerden que los niños y demás personas no solo se alimentan en tiempos de política”, finalizó.