viernes, 31 enero, 2025
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Historia del crimen: expolicías y ladrones retirados para una sangrienta cacería convertida en serie televisiva

Durante un robo en curso en un atractivo club de Chicago, un matón desalmado mata a un cliente y enseguida comienza a tomar rehenes. Al llegar al lugar, el teniente Mike Torello acepta facilitarle un auto para su escape y así inicia una persecución por las calles de la ciudad; en ese momento, uno de los rehenes es lanzado a través de la ventana trasera, destrozada por las balas, para colgarse del auto a toda velocidad. La escena culmina cuando Torello atrapa a su presa en un tranquilo barrio residencial y le dispara en la cabeza al asesino, mientras dos niños en pijama observan en silencio desde una ventana cercana. Y aún no han llegado los créditos iniciales.

Dirigido por Abel Ferrara, Historia del Crimen (Crime Story), irrumpió en la pantalla de NBC el 18 de septiembre de 1986 y aquel primer piloto de dos horas de duración fue visto por más de 30 millones de espectadores. La presentación incluso fue proyectada en salas de cine seleccionadas porque, según aseguraba su productor ejecutivo, Michael Mann, tenía la apariencia de una película. El concepto había surgido de un guion de Gustave Reininger, un exbanquero de inversiones de Wall Street, y Chuck Adamson, un oficial de policía de Chicago que anteriormente ya había trabajado como consultor técnico de Mann.

“La idea no era hacer una serie sino una película de treinta horas que no tuviera nada que ver con la habitual idea del bien y del mal que tienen los escritores de Hollywood. La idea era mostrar y filmar ‘la cosa verdadera’”, explicó alguna vez el creador de esta joya del policial negro, que tuvo un total de 43 episodios a lo largo de dos temporadas, entre 1986 y 1988. Hacia fines del gobierno de Raúl Alfonsín, esta ficción desembarcó en el país como Historia del crimen, por la pantalla del viejo Canal 13.

Historia del crimen (Crime Story)

Fue uno de los primeros dramas serializados en horario de máxima audiencia que abandonó el formato procedimental y contó una historia que duró toda la temporada. Era extensa y novelesca de una manera que ningún programa de televisión lo había sido antes, y cada episodio requería el conocimiento de episodios anteriores.

Años después, en el libro The Best of Crime & Detective TV (The Critics’ Choice), Max Allan Collins la ubicó dentro de las 10 mejores series policiales de todos los tiempos, y la revista Times la calificó como la mejor serie policial de los años ’80.

Mann también era el creador y productor ejecutivo de División Miami y le gustaba decir que en realidad aquella serie con Don Johnson había sido apenas el modo de financiar las dos temporadas de Historia del crimen, su flamante criatura.

Dennis Farina, en la piel del detective Torello

Protagonizada por Dennis Farina en la piel del detective Torello -quien de hecho, también había policía de Chicago durante 18 años, desde 1967 hasta 1985-, y Anthony Denison en el papel de Ray Luca, la formidable serie también contó con la actuación destacada de John Santucci como Pauli Taglia, el hombre de confianza de Luca. Así, la participación de auténticos expolicías y criminales le dio mayor verosimilitud a cada uno de los personajes.

Fue exactamente su experiencia en la vida real lo que hizo de Farina una elección natural para Historia del crimen: sus ojos expresaban cierto tipo de agotamiento, el hastío de un detective real y experimentado. En la pantalla, era un tipo que solo hacía su trabajo.

Una de las escenas de apertura presenta una cascada de chispas de soplete de acetileno en primer plano, derramándose sobre una caja fuerte, como para hipnotizar al público desde el minuto cero. Luego, una voz masculina retumbante resume minuciosamente el episodio de la semana anterior antes de anunciar “Esta noche, en Historia del crimen”. Cada episodio termina de la misma manera: una imagen congelada, marcada con las palabras “Continuará…” en rojo.

La trama transcurre el año 1963. El durísimo teniente Mike Torello es el jefe de la Unidad de Delitos Graves del Departamento de Policía de Chicago. De rostro inexpresivo, cuando Torello no protege a sus hombres maltrata a su esposa. El expediente que está sobre su escritorio es el de Ray Luca, un advenedizo en el formidable submundo criminal de la ciudad.

La participación de auténticos expolicías y criminales le dio mayor verosimilitud a cada uno de los personajes

Luca es una figura menor en el crimen organizado de Chicago, pero Torello se da cuenta de su plan para hacerse un nombre: quiere monopolizar la industria ilegal de las apuestas deportivas y planea ubicar la sede de esta red nacional en Las Vegas. Entre Torello y Luca también hay un tercero en discordia: el abogado David Abrams, hijo de mafioso, que hace equilibrio entre un bando y otro.

Hay que decirlo: pocas series tuvieron un índice de mortalidad tan alto. Incluso, recibió una multa de 55 mil dólares por la American Federation of Police por “retratar a los oficiales de la ley como asesinos con placa”.

Más allá de su rivalidad, Torello y Luca han desarrollado una especie de admiración mutua. Ambos son hombres heridos que anteponen el trabajo a todo lo demás; deambulan por las mismas calles solitarias por la noche. Los neones, las superficies brillantes de los automóviles y las avenidas resbaladizas por la lluvia son lo más resplandecientes posible. Y, de a poco, la persecución de Luca por parte de Torello se convierte en una obsesión personal.

La serie recibió una multa de 55 mil dólares por la American Federation of Police por “retratar a los oficiales de la ley como asesinos con placa”

“La mitad de las veces no sabés de qué lado está la ley. Así es la justicia en esta ciudad”, admitirá uno de los personajes en alguno de los pasajes. Historia del crimen transcurre sobre la delgada línea que separa a los policías de los criminales, y da cuenta de ese límite difuso que a veces existe entre infringir la ley y hacerla cumplir.

Así las cosas, Torello es rudo y despiadado, sin inhibiciones de ningún tipo, decencia o legalidad en su cacería implacable. La historia está marcada por sus idas y vueltas, las persecuciones y las ejecuciones a quemarropa; los conflictos matrimoniales y amorosos de sus protagonistas; las amistades poderosas y las fugas de último momento.

Además de Dennis Farina y Anthony Denison, la serie está protagonizada por John Santucci, Stephen Lang, Bill Smitrovich, Bill Campbell, Paul Butler, Steve Ryan, Pam Grier, Jon Polito y fue una plataforma de lanzamiento para nuevos talentos en auge como David Caruso, Julia Roberts, Ving Rhames y Christian Slater. Incluso el cantante Paul Anka aparece en el capítulo 20 de la primera temporada y hasta Miles Davis hizo un cameo haciendo de él mismo.

Otro elemento clave del envío fue el tema musical de su presentación, una nueva versión de “Runaway” interpretada por Del Shannon, uno de esos crooners estadounidenses de la segunda mitad de los 50 y comienzos de los 60 que luego de alcanzar el éxito cayeron en desgracia. El hit, autoría del propio Del Shannon y Max Crook que llegó al Billboard Hot 100 el 24 de abril de 1961, fue modificado y regrabado en su nueva versión para la serie.

En su versión original, su letra abordaba la historia de un hombre cuya amante se había escapado; a pedido de Michael Mann, Del Shannon modificó la letra de modo tal que la canción ya no se refería a dos amantes, sino a dos detectives.

El duelo que entablaban el detective Mike Torello y el gánster Ray Luca destilaba odio y admiración mutua en dosis similares, y alcanzó su clímax en los episodios finales de sus dos temporadas. En la primera, una explosión atómica cae, literalmente, sobre Luca y su amigo Paul Taglia en pleno desierto de Nevada.

Ya en la segunda temporada, el teniente Mike Torello es desplazado a Las Vegas, en una nueva unidad anticrímenes, ignorando la suerte de Ray Luca. Sin embargo, el gánster regresa de la muerte algo demacrado, pero con su capacidad delictiva y ambición de poder intactas. Para el final, Mann sube a los dos protagonistas junto a Taglia a un avión que vuela sobre el mar Caribe, cuando de repente desenfundan pistolas y efectúan disparos que matan al piloto y caen a pique hacia el océano. Nunca más se supo de ellos.

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