Un juzgado civil de Bariloche falló contra un banco por no haberle garantizado las medidas de seguridad a una de sus clientas, quien fue víctima de una estafa virtual en la que vaciaron su caja de ahorro, le sacaron un préstamo personal a su nombre y desaparecieron todo el dinero mediante transferencias a cuentas desconocidas.
El fallo fue firmado esta semana por el juez Cristian Tau Anzoátegui, del Juzgado Civil N°5, quien consideró que el Banco Patagonia «no implementó todas las medidas de seguridad que se requieren para resguardar» a la clienta.
El caso comenzó en enero de 2021, cuando una mujer identificada como P.F.Q. puso a la venta un sillón a través de la plataforma de Facebook Marketplace. En ese momento fue contactada por un hombre que se identificó como Luis, y le pidió el CBU para pagarle vía transferencia.
El 25 de enero, Luis le dijo que había hecho la transferencia, pero que no se podía acreditar en su cuenta por un problema que ella necesitaba resolver en un cajero. Cuando P. fue al banco, Luis volvió a llamarla y la guió en un paso a paso falso que tuvo como objetivo sacarle una clave token y un código. Con ese dato, los estafadores le sacaron el control de su cuenta bancaria.
La mujer se dio cuenta del engaño y llamó al banco para denunciar la maniobra y pedir que bloqueen la cuenta. Según dijo, durante el tiempo en que duró el llamado, comenzaron a llegarle correos en los cuales le informaban de las distintas transferencias.
Primero le sacaron uno 59.000 pesos que tenía en su caja de ahorro, y luego pidieron un préstamo personal de $ 249.000 que fue aprobado inmediatamente. La plata luego desapareció en distintas transferencias a dos personas que ella no conocía: Maximilano G. y Néstor C.
La víctima fue a denunciar ante la Policía el robo y luego se dirigió a la sucursal de su banco. Sin embargo, allí le dijeron que iba a tener que hacerse cargo del crédito por haberle brindado sus claves a los asaltantes. La entidad se justificó en afirmar que las claves son «personales, únicas e intransferibles».
Sin embargo, en el fallo publicado por el portal Diario Judicial, el juez consideró que el banco «no cumplió con la obligación de brindar las medidas de seguridad adecuadas» por haber permitido el otorgamiento de un crédito instantáneo y la inmediata transferencia de sumas de dinero a cuentas bancarias de distintas personas poco después de haber cambiado el pin.
«No resulta seguro para cualquier cliente, que ante tales operatorias, que aparecen como sospechosas, no exista un sistema de protección al momento de efectivizarse, ya sea, verificando las autenticidades, solicitando la confirmación de las operaciones, difiriendo en el tiempo las mismas, agendando en forma previa a destinatarios, o implementando cualquier otro aviso o alerta que los medios tecnológicos pudieran brindar en estos caso», sostuvo el juez en su fallo.
Si bien el banco se defendió y trató de probar que tenía medidas de seguridad correspondientes, para la Justicia «no resultaron suficientes». Incluso, le remarca que la certificación que utiliza, el ISO 27001 del año 2013, quedó desactualizado para la ola de estafas virtuales que explotaron después de la pandemia del covid-19.
Es que desde la época del aislamiento a la actualidad, este tipo de delitos atraviesa un boom potenciado por el florecimiento de las billeteras virtuales, las herramientas de Inteligencia Artificial y las bajas penas que tienen este tipo de crímenes, entre otros factores.
Además destacó que, si bien la mujer fue quien entregó engañada sus claves, las operaciones sospechosas se pudieron concretar por «la inseguridad en el sistema bancario».
El fallo condenó al banco a devolverle el monto que le robaron actualizado al día de hoy, junto con un pago por daño moral y ordenó quitarla del registro de deudores del Banco Central, donde había ingreso a causa de la mora en el pago del préstamo que sacaron los ladrones a su nombre.