La agencia Pulso Research publicó una encuesta de imágen pública y gubernamental que pone de manifiesto el avance de la polarización política en el país.
Pese a que la sensación en la calle es de pérdida de poder adquisitivo, el sondeo mostró un 40,8% de la población que siente “esperanza, optimismo o alegría”, frente a un 19,8% que siente “incertidumbre” y un 12,,8% que siente “tristeza o angustia”.
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En cuanto a la evaluación de la gestión del Ejecutivo Nacional, el 48,9% de los encuestados opinó que la percibe “muy bien o bien”, frente a un 42,2% que la ve muy mal o mal.
Respecto a la gestión económica del gobierno de Javier Milei, los encuestados dieron muestra nuevamente de la fuerte polarización política que atraviesa el país. Un 48,1% opinó que ve la administración de la economía “muy bien o bien”, contra un 44,6% que la percibe “muy mal o mal”.
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Quiénes son los responsables de la crisis económica de Argentina
Ante la consulta de a quién considera responsable de la crisis económica y financiera que atraviesa la Argentina, el oficialismo se posiciona mejor que la oposición. Un 53,8% opinó que la responsabilidad “se debe a las decisiones tomadas por la gestión anterior”, contra apenas un 33,6% que opina que se debe exclusivamente a las decisiones tomadas por el presidente Javier Milei.
Por último, respecto a la necesidad del ajuste económico que sufre el país, un 54,4% de los encuestados indicó que el ajuste “es necesario”, frente a un 31,2% que considera que “no es necesario”.
En cuanto a “la grieta”, los encuestados opinaron en un 59,7% que los argentinos están “más desunidos” que antes, mientras apenas un 29,9% opinó que estamos “más unidos”.
Por último, respecto al liderazgo de la oposición, la incertidumbre picó en punta. Un 49,1% de los encuestados indicó “Nadie/No sabe”, seguido de lejos por Cristina Fernández de Kirchner, que alcanzó un 27,2 % y Axel Kicillof que acumuló apenas un 7,40%.
La lectura de Juan Adaro, director de Pulso Research.
El análisis de Juan Adaro, director de Pulso Research, traza un mapa claro de las percepciones políticas y sociales que marcan el pulso del país. A un año de la asunción del actual gobierno, el estado de ánimo dominante parece ser la esperanza, un sentimiento que, según el especialista, se consolida como el principal motor del optimismo social.
“El principal componente del estado de ánimo positivo es hoy la esperanza. Este gobierno asumió hace un año luego de obtener el 56% de los votos en el ballotage. Y la población que lo votó, en su gran mayoría, sigue depositando la confianza en lo que está haciendo el oficialismo”, señala Adaro.
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La percepción de mejoría encuentra asidero en dos factores clave. Por un lado, la desaceleración inflacionaria. Aunque todavía persiste como una de las principales preocupaciones de los argentinos, la reducción sostenida del ritmo inflacionario parece ofrecer un respiro en el corto plazo. Por otro, la comparación con el año anterior resulta favorable para el oficialismo. “Este punto está asociado a dos cosas. Primero, con los números de inflación que se vienen observando mes a mes. Hay una clara desaceleración de la inflación. Segundo, comparado al año pasado, la situación se percibe mejor o al menos que las cosas pueden mejorar en el corto plazo”, explica el analista.
Esa sensación de mejoría no se limita al presente. Adaro destaca que las expectativas a futuro también se inclinan hacia un horizonte optimista. “Por eso es importante también observar las expectativas a futuro. El 41% de los encuestados cree que vamos a estar mejor al final del mandato de Milei”. Este dato resulta crucial en un contexto donde la credibilidad en el proyecto político oficialista podría consolidarse como un activo estratégico en los años venideros.
El panorama de la oposición
En el espectro opositor, el panorama luce más complejo. La fragmentación parece ser la constante que impide una articulación efectiva de liderazgos alternativos. “Actualmente la oposición está muy fragmentada y es difícil que en el corto plazo emerjan otras figuras. Más cuando el peronismo no ha trabajado en la renovación de cuadros”, apunta Adaro, aludiendo a la dificultad de proyectar liderazgos más allá de las figuras tradicionales.
La próxima instancia clave, según el director de Pulso Research, será en las elecciones de medio término, donde los liderazgos regionales podrían tomar un rol más protagónico: “Habrá que estar atento a las próximas elecciones de medio término, donde está la posibilidad que veamos muchas elecciones desdobladas y donde podrían emerger liderazgos de gobernadores o dirigentes con gestión territorial destacada”.
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Sin embargo, no todo el tablero político responde a las dinámicas de renovación. La grieta, como fenómeno estructural, atraviesa casi todos los indicadores y sigue condicionando el debate público. “La grieta atraviesa todos, o casi todos, los indicadores. Lamentablemente, es algo que hoy está muy presente en todas las discusiones políticas y que me parece desde algunos espacios políticos se fomenta, ya que favorece a la polarización. ‘Son ellos o nosotros’, y eso al gobierno y al kirchnerismo le es funcional para sus aspiraciones electorales”.
El diagnóstico es claro: esperanza y polarización coexisten como las fuerzas que moldean la dinámica política argentina. La apuesta del oficialismo por mantener el optimismo social y el desafío de la oposición de superar sus propias fragmentaciones serán, sin duda, los ejes que definirán los próximos años.
NG/fl