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El Gobierno culpa a la política por el freno de contrataciones y a los empresarios por la recesión

En medio de las suspensiones y despidos, el Gobierno empezó a tomar nota del impacto del ajuste. Los últimos datos oficiales muestran que ya se perdieron 126.000 puestos privados desde septiembre si se proyecta el empleo asalariado registrado privado a marzo con la información disponible. Los funcionarios reconocen que hay recesión, caída de ventas y freno en las contrataciones, para explicar la mayor caída del empleo en las empresas en 22 años.

En las últimas horas, sin embargo, desde la Casa Rosada empezaron a bajar otra línea que apunta en dirección al Congreso. Si bien sostienen que «por ahora no hay alarma» por los recortes en grandes empresas, temen que la recuperación se demore si no se aprueba la Ley Bases. «El problema lo estamos encontrando en que hay temor al contratar y muchos están esperando ver qué pasa con la Ley Bases», señalaron en un despacho oficial.

Seis meses después de asumir, Javier Milei puso en marcha un plan de shock con una fuerte devaluación, liberación de precios y subas de tarifas, junto con el ajuste fiscal «más grande de la historia» (que incluyó 14.000 despidos en el Estado), pero aún no pudo aprobar leyes. En el Ejecutivo, reconocen que las «correcciones» aceleraron la inflación al 25,5% en diciembre -récord en 30 años- y profundizaron la caída de la actividad. Ahora, esperan que el paquete legislativo haga lo que no pudo hacer hasta ahora la macro.

En términos de plazos, la idea es que la «transición» termine a fines de junio y comience la «estabilización», atada a las leyes en debate. «Si la recuperación es de alta velocidad, usualmente tipificada con una “V” o de un proceso más lento, usualmente tipificada en “U”, dependerá de la sanción positiva del paquete de leyes», indica el informe del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, en referencia a los proyectos que incluyen privatizaciones, reforma laboral y rebajas impositivas a las empresas.

En paralelo, Luis Caputo apuntó en los últimos días contra los empresarios al señalar que «si bajan los precios, la economía se recuperaría más rápido» y Milei aseguró que «tocó un piso» entre marzo y abril. En realidad, eso dependerá también del nivel de ajuste, tal como lo anticipó el Presidente hace seis meses cuando pronosticó una «estanflación» (recesión con inflación) y explicó que «el reordenamiento fiscal te va a impactar negativamente en la actividad económica».

Los últimos datos oficiales confirmaron ese vaticinio: si bien los precios bajaron desde diciembre, el IPC arrojó en abril una suba del 8,8% -todavía en niveles elevados- y los economistas aún no ven que la actividad haya tocado fondo después de caer 0,2% en febrero y el derrumbe registrado por la construcción y la industria en marzo. En ese marco, el empleo privado registrado aceleró su deterioro con caídas en diciembre del 0,5%; enero, del 0,1%; febrero, de 0,3%; y marzo, de 0,5%, según la encuesta de indicadores laborales (EIL).

«Como es habitual en la mayoría de las fases contractivas, no son las desvinculaciones de personal por despidos o por renuncias el factor que determina centralmente la caída del empleo formal en marzo. El fenómeno más importante que explica la reducción del empleo formal durante el último mes es la decisión de las empresas de suspender las contrataciones de personal frente al declive de las ventas y la producción», señaló el informe de la secretaría de Trabajo.

La fase contractiva comenzó en septiembre pasado, luego de la devaluación de Sergio Massa y el pico de 6.405.000 trabajadores privados registrados en agosto, según el SIPA (que mide la cantidad de asalariados). Así, en septiembre hubo una caída de 13.000 trabajadores, 11.000 en octubre, 7.000 en noviembre, 12.000 en diciembre, 31.000 en enero, 20.000 en febrero y 32.000 en marzo (si se aplica el dato de EIL, que mide puestos). En total, 126.000 menos.

Para el economista y profesor de la UNGS, Luis Beccaría, «no es que aumentaron los despidos, sino a que en períodos recesivos la tasa de incorporación baja y aumenta la de salida, gente que se le termina contrato, se jubila y no lo sustituyen, como en la construcción». En efecto, ese sector fue el que registró la mayor caída de puestos en marzo (-2,4%), seguido por comercio (-1%), servicios financieros (-0,5%), transporte (-0,4%) e industria (-0,3%).

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