No todo brilla detrás del superávit fiscal que viene festejando el Gobierno. La clave de ese resultado no está en el incremento de los ingresos o en el crecimiento de la economía, sino en la fuerte licuación de los gastos que cada vez más resulta difícil de sostener. Las provincias y las jubilaciones son los más afectados.
Los ingresos totales se redujeron en abril 6,4% en relación con igual mes de 2023 y durante el primer cuatrimestre del año cayeron un 5% real, en especial los vinculados a la actividad, al consumo y a los aportes y contribuciones a la ANSeS.
“El excedente logrado se debió exclusivamente a la disminución del gasto primario (una baja de 24% anual real en abril) dado que los ingresos totales se redujeron 6,4% durante el mismo período”, pese al fuerte incremento de la recaudación por el impuesto País, señala la consultora PxQ.
Si se desagregan los números, en abril los gastos que más cayeron fueron las transferencias a las provincias, tanto de capital (-97,7%) como corrientes (-73,4%) y la inversión real directa (-70,2%). Y en los primeros cuatro meses del año, esos mismos rubros acumulan las siguientes caídas: las transferencias de capital a provincias retrocedieron 98,2%; la inversión real directa lo hizo 79,7% y las transferencias corrientes a provincias, 75,6%. En total, si se suman todos los tipos de transferencias no automáticas a las provincias, la caída fue de 89%.
Los datos son del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) sobre la base de las cifras difundidas por el Ministerio de Economía e ilustran los números reales que están detrás de las “peleas” de los gobernadores con el Ejecutivo, las idas y marchas con cambios en el impuesto a las Ganancias y otros que son coparticipables o tienen destinos específicos. También que el superávit fiscal se apoya en esta descomunal licuación de gastos y transferencias.
Por su parte del Informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) surge que no hubo fondos para las 13 provincias que no transfirieron sus cajas previsionales a la Nación, otro factor de conflicto con esos distritos. También fueron nulos los giros al Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires o para Construcciones de Obras Viales fuera de la Red Vial Nacional. Las provincias que no transfirieron sus cajas son Buenos Aires, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Misiones, Neuquén, Santa Cruz, Santa Fe y Tierra del Fuego.
En tanto ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto) señala que “esta merma en las transferencias a provincias y municipios se debe principalmente a la falta de ejecución en tres programas cuya participación había sido relevante en 2023: el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), las Transferencias y Contribuciones a la Seguridad Social (ANSeS) y el Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires”.
El Informe de ASAP agrega que “esta pronunciada tendencia negativa impactó a la mayoría de las provincias, donde las reducciones anuales superaron el 75% interanual. Sin embargo, Jujuy y Río Negro presentaron descensos menos severos, con caídas del 68,5% y 57,5% respectivamente. Por el contrario, La Rioja se destacó como la provincia más perjudicada, con una reducción de casi el 100% en el acumulado del año, seguida por Chubut, que experimentó una disminución del 98,5%.
No obstante, por el peso de cada rubro, “en el primer cuatrimestre del año el gasto público nacional pagado bajó $ 11 billones en pesos constantes respecto al primer cuatrimestre de 2023. Resulta importante analizar la distribución del recorte del gasto público. Se aprecia que las Jubilaciones y pensiones soportaron el 35% de la reducción total, la inversión real directa el 15%, las transferencias a provincias el 14%, subsidios a la energía el 8% y salarios el 8%, entre los más importantes”, señala IARAF.
También la consultora ACM señala que “dada su importancia relativa dentro del gasto, las Prestaciones Sociales representan el 44,3% de la reducción real del gasto en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta contracción se debe principalmente a la caída en Jubilaciones y pensiones –su principal componente-«.
Por su parte, agrega, «los gastos de capital explican aproximadamente el 21,5% de la reducción del gasto, mientras que los subsidios económicos y los gastos de funcionamiento y otros contribuyen con un 11,9% y 10,7% respectivamente a la disminución total del gasto. En conjunto, estas cuatro partidas del gasto componen el 88,4% del esfuerzo fiscal implementado en el gasto durante este primer cuatrimestre”.
La consultora LCG agrega que hacia delante “los factores que explicaron hasta el momento la mejora de las cuentas fiscales empiezan a ceder. Si la inflación consolida el sendero de desinflación, el efecto de la licuación se moderará. A la vez, es esperable que la posición de “pisar la caja” no sea sostenible y comience a levantarse a partir de las presiones sectoriales y la normalización lógica de los pagos”.