Fue un grande el que despidió a otro grande. Litto Nebbia difundió este martes la noticia de la muerte del baterista Néstor Astarita. Tenía 85 años y era uno de esos músicos que, como se suele decir para estos casos excepcionales, “tocó con todos”. En su biografía, desde que comenzó a tocar con las agujas de tejer de su madre, hasta sus últimas jams como profesional, acumuló muchas horas de vuelo en escenarios y estudios de grabación.
“Legendario baterista de los gloriosos inicios del Jazz Argentino. Gran compañero, soñador de nobles proyectos. Tocador de tocadores -así lo definió Nebbia en su página de Facebook-. Tuve la suerte del destino que compartiéramos durante siete años, aquel trío que conformamos con el contrabajista, Jorge ‘Negro’ González. Una época imborrable de aventuras y desafíos con nuestra Música Popular. Antológicas grabaciones que suenan hasta hoy día, como ‘Muerte en la catedral’, ‘Melopea’ o ‘Fuera del cielo’. Astarita, que venía del jazz, supo mixturar un toque fusionado con el rock y otros elementos rítmicos de nuestra música. Todo el elogio técnico y creativo que podamos hacerle está registrado en su larga y variada discografía, siempre tocando con grandes del jazz, como Gato Barbieri, Baby López Furst, Enrico Rava o el legendario Enrique “Mono” Villegas, pero más significativo resulta su participación como compañero grupal. Un ser humano cariñoso, de una lealtad inquebrantable, se ha marchado hoy a otros pagos. Nos queda su recuerdo para siempre, su carácter siempre jovial, su humanismo. Chau, Astarita en Batería… Hasta más vernos”.
Nebbia fue, también, quien editó un disco de homenaje para celebrar las ocho décadas del baterista, donde figuran grabaciones que Astarita había hecho con los artistas más variados. Néstor Astarita – 80 años – Jazztaríaenbatería fue el nombre de la compilación donde se pueden escuchar sus trabajos con Gato Barbieri, Enrico Rava, Baby López Furst, Mono Villegas, Jorge Anders, Carlos Franzetti, Nebbia y agrupaciones como la Buenos Aires Jazz Fusión y la Georgians Jazz Band.
Astarita había nacido el 21 de septiembre de 1938, en el barrio porteño de Barracas. Fue hincha de Boca, devoto de Osvaldo Pugliese, milonguero y un apasionado por la música. Una buena manera de recorrer su vida y lo que ha dejado es ver el capítulo 10 de Legado Pionero, ciclo que Armusa publicó en su canal de YouTube.
Ana María Iglesias, autora de la biografía que le dedicó hace un par de años –Vivir al ritmo del jazz, se llama, y fue editada por Dunken- escribió cuando se presentó el libro: “Tiene una sensibilidad exquisita para la música y los afectos. La evolución, el cambio y el interés por innovar es una constante. Un hombre impaciente por ese deseo de avanzar rápido por la vida, para no perder tiempo. Sus 83 años de vida, y 60 de trayectoria, se conjugan para conocer el aporte que le da a la cultura porque sigue con sus presentaciones y pensando en las futuras. Su vida implica más su vida como músico. Descubrí un ser humano increíble y es lo que trato de reflejar en el libro. Sus referentes fueron, Gato Barbieri, Horacio ‘Chivo’ Borraro, Albertino y Franco Corvini y Osvaldo ‘Pichi’ Mazzei, entre otros. De sus maestros tomó las herramientas necesarias para desarrollarse técnicamente y buscar horizontes más creativos. Así nace la agrupación Buenos Aires Jazz Fusión”.
Antes, en las décadas del 50 y 60, había participado en The Georgians Jazz Band y en los proyectos encabezados por Gato Barbieri, Oscar Alemán y Mono Villegas. También desarrolló proyectos propios, como el Tributo a Julio Cortázar, los Aires de Astor Piazzolla y Miles Davis. Realizó la producción y participó en la última grabación Barbieri junto a Carlos Franzetti y David Finck en Nueva York. También grabó discos con Enrico Rava, Massimo Urbani y Calvin Hill, y participó en jams junto a Lionel Hampton, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Dizzy Gillespie, Stan Getz y Hermeto Pascoal, entre otros.
Astarita fue, además, uno de los fundadores de Jazz & Pop, que mantuvo sus puertas abiertas en un local de San Telmo, entre 1978 y 1984. Junto a Gustavo Alessio y Jorge González, fue artífice de la ocurrencia y de la puesta en marcha. Luego, el local tomó vida propia por la cantidad de artistas del Río de la Plata que por allí pasaban, incluso extranjeros llegados de muy lejos, como Chick Corea, que luego de tocar en algún teatro de la Avenida Corrientes llegaba en taxi a seguir despuntando el vicio del jazz.
Astarita fue uno de los principales responsable de esa apertura estética de Jazz & Pop, de ahí que en su escenario se pudiera escuchar a músicos como Rubén Rada, Dino Saluzzi, Walter Malosetti, Bernardo Baraj, Gustavo Bergalli, Leo Sujatovich, Hermeto Pascoal, Larry Coryell y Gilberto Gil. Según lo recordaba Nebbia, en tiempos de dictadura militar, “durante los años de fuego, este fue el único lugar donde pasaba algo musicalmente interesante”.
LA NACION