Los productos que el Gobierno autorizó importar con una rebaja de aranceles cuestan entre 30% y 50% menos en países como Brasil, uno de los mercados de donde ingresaría la mercadería, además de China. Pero hay dudas de si en la Argentina saldrán tanto más baratos y si la mayor competencia ayudará a que bajen los nacionales.
Luego de los primeros alimentos en góndolas, y tras la rebaja de la alícuota a la importación que empezó a regir este lunes, llegarán heladeras, lavarropas y neumáticos. Sin embargo, en los sectores alcanzados por la medida señalan que la definición del precio final depende de varios factores, entre ellos, la carga impositiva, los costos logísticos y la negociación con las cadenas de venta.
Por caso, en Brasil, un lavarropas automático de Electrolux con capacidad para lavar entre 7 y 10 kilos con hasta 10 programas de la línea ‘Easy Clean’ cuesta la mitad que en la Argentina: 2.119 reales (al tipo de cambio de la fecha, $ 439.800) versus uno de características similares que ofrece la misma marca en el país de la línea ‘Premium Care’ a $ 882.888.
Parecida es la situación en heladeras, donde hay diferencias del 25% en aparatos de color gris con tecnología ‘Efficient Inverter’ de Electrolux: 3.399 reales ($ 779.800) comparado a $ 1.042.299. En tanto, en las básicas blancas de dos puertas ‘No Frost’ se consiguen precios hasta 50% más baratos en retailers de Brasil con valores que arrancan en 2.749 reales ($ 550.000) y en la Argentina rondan en $ 1.032.110.
En la industria, aclaran que el hecho de importar productos que declaren origen en Brasil con un arancel del 0%, en este caso, por ser miembro del Mercosur, no implica que esa preferencia arancelaria se traslade al precio al público. En ese sentido, mencionan que impacta la suba de los fletes, que encareció los traslados terrestres en los últimos meses. “La relación es 2 a 1. A los nacionales, se suman impuestos internos como 21% del IVA, 16% de Ingresos Brutos y tasas de seguridad e higiene y municipales”, destacó un empresario del rubro.
Cabe recordar que en este caso no acceden a los beneficios impositivos del régimen de Tierra del Fuego. En la isla, no se fabrica línea blanca, sino celulares, monitores, televisores, aires acondicionados y microondas, aclaró la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte).
Por eso, fabricantes locales hacen hincapié en la necesidad de eliminar tributos que consideran distorsivos, como el Impuesto País, para competir con igualdad de condiciones contra los artículos subsidiados que entrarán y así poder bajar los precios de sus productos.
En neumáticos, la situación se repite, con diferencias de entre 20% y 50%. Del otro lado de la frontera, se compran dos por el monto con el que se adquiere una en la Argentina, hoy en torno a los $ 150.000 y $ 180.000 la unidad. Esta diferencia de precios, sumado a los faltantes que se registraron el año pasado, motivó los ‘tours de compras’, con muchos que cruzaron a países limítrofes para conseguirlas más baratas.
La disposición del Gobierno rebaja la alícuota solo para cubiertas de camiones y buses. El arancel de vehículos particulares se fija de forma bilateral con Brasil como socio comercial, por lo que el país no puede modificarlo de forma unilateral.
En este caso, la industria nacional anticipa que, con esta medida, “se estimulan las condiciones para inundar el mercado con neumáticos originarios de China, de donde provienen con costos subsidiados”, lo que, asegura, “pone en riesgo a la producción y el empleo local, y redunda en un beneficio directo para importadores, que no necesariamente transferirán la baja de aranceles al precio de venta, sino que incrementarán sus márgenes”.
Entre 2019 y 2023, los neumáticos asiáticos pasaron de representar del 10% al 51% de las ventas del sector, según el Indec. Por eso, en el sector piden medidas antidumping y argumentan que otros países no solo tienen menor carga impositiva, sino también estímulos a la exportación, cuando acá se paga derecho a la exportación. “El productor argentino afronta una excesiva carga tributaria –como el Impuesto País, que el fabricante chico no abona–, sumado al costo logístico, laboral y sobretasas en el financiero”, destacó una fuente.