Por las lluvias que demoran la cosecha y la incertidumbre económica, los productores agropecuarios prefieren guardar la soja y sólo venden para cancelar deudas de insumos y alquileres. Así lo grafica el último dato oficial sobre la venta del poroto.
Al 10 de abril, los chacareros se habían desprendido de 12, 2 millones de toneladas (24%) de las 51 millones de toneladas que se esperan producir. Esto representa una caída en relación a misma fecha del 2023, sequía mediante, cuando los productores se habían desprendido del 30% de la cosecha. Además, es el porcentaje más bajo de los últimos 7 ciclos. Y sólo el 6% del total tiene precio.
«Se espera que hacia finales de mayo se acelere la actividad comercial y la fijación de precios, principalmente debido a los pagos habituales de deudas, pero no se anticipa que el ritmo comercial sea muy sólido en comparación con el promedio histórico», remarcó parte el analista Esteban Moscariello.
Hay varios factores que explican este fenómeno. Uno es el retraso en la cosecha de la oleaginosa por las lluvias. Según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, hasta el momento se trilló el 13,9 % de la superficie a nivel nacional, registrando una demora de 22 puntos porcentuales respecto al promedio de las últimas cinco campañas, explicado principalmente por las últimas precipitaciones. La falta de piso demora las labores.
Otro es que la cotización del poroto no incentiva a que el productor venda. Moscariello informó que el precio a cosecha de la soja en dólares viene cayendo fuertemente desde fuerte finales noviembre, tendencia que se acentuó hasta finales de febrero. Es decir, hace unos meses atrás la soja cotizaba US$ 345 para la soja mayo 2024 y hoy cotiza en torno a US$ 285/290. Igualmente, en las últimas semanas el mercado se estuvo calentando y el precio aumentó US$ 30 a pesar que se está en pleno inicio de la cosecha.
«Pensando un poco en los próximos meses, es clave pensar cómo se podría mover el mercado internacional ya que a nivel local habrá buen nivel de oferta. En este contexto, la demanda de soja de China fue muy fuerte en el último trimestre de 2023 y ahora este país clave está importando menos soja lo cual puede acumular stocks en Brasil. Es decir, si esta tendencia no cambia el panorama puede ser bajista», agregó a su análisis.
«Hay una incertidumbre cambiaria. Los productores están remisos a la venta porque escuchan rumores que va a haber una unificación cambiara lo que lo hace que esté a la expectativa. No encuentra incentivo adicional para vender», sumó el titular de Agritrend, Gustavo López. «El productor está muy cauto«, agregó.
Al respecto, las ventas de maíz se aceleraron en el último tiempo, hasta alcanzar el 32% de las 49,5 millones de toneladas proyectadas. Esto significa un aumento en relación al ciclo previo, que a misma fecha se había vendido el 29% de la cosecha.
A todo esto, se estima que ingresarán menos dólares de lo esperado. La proyección de exportaciones para los 5 principales cultivos que se producen en el país es de US$ 29.300 millones, un 18% menos de lo que se calculaba en diciembre. Así lo calculó la Bolsa de Comercio de Rosario en base a menores precios internacionales y el efecto de la chicharrita, que mermó la cosecha de maíz un 10%.