Dentro del mundo de la arqueología, miles son los restos de otros tiempos encontrados año tras año, y casi siempre se puede dilucidar de qué se trata o a qué época perteneció, según sus características. Sin embargo, en algunos casos, la muestra es tan extraña que permite generar decenas de hipótesis al respecto. Ese fue el caso de la “momia sirena” que, después de años, los científicos pudieron determinar de qué se trataba.
La historia de la “momia sirena” comenzó en 1906, cuando un marinero la trajo consigo antes de que fuera donada a la Sociedad Histórica del Condado de Clark, en Springfield, Ohio. Se trata de una aterradora momia que pareciera ser una mezcla de diferentes animales, pero una vez que fue analizada resultó difícil hasta para los científicos dar con la respuesta correcta.
La muestra contaba con características que pertenecen a peces, monos y reptiles. Tiene la boca abierta, garras largas, cabello gris y una cola de sirena, es por eso que recibió ese apodo. Pero nunca se pudo oficializar su origen. Incluso, algunos sospecharon que podría haberse tratado de una especie desconocida hasta el momento.
Uno de los que se refirió al tema fue el doctor Joseph Cress, radiólogo de la Universidad del Norte de Kentucky, quien manifestó que la momia era “una mezcolanza de al menos tres especies diferentes externamente”. Asimismo, añadió: “Está la cabeza y el torso de un mono, las manos parecen ser las de un anfibio, casi como un caimán, un cocodrilo o un lagarto de algún tipo. Y luego está la cola de un pez, de nuevo de especie desconocida. Obviamente, está modelada, casi como un Frankenstein, así que quiero saber qué partes se unieron”.
En este contexto, los expertos del Zoológico de Cincinnati y del Acuario de Newport decidieron iniciar una investigación más profunda sobre esta momia y se llevaron una sorpresa al concluir con este estudio. Lo primero que hicieron fue una radiografía y tomografía de la momia. Luego, se pidió a distintos veterinarios que observaran su interior para detectar similitudes con diferentes especies y el resultado fue que su mandíbula parecía ser de un pez piedra o de un pez sapo, mientras que sus “manos” parecían a las de una tortuga.
El radiólogo de la Universidad de Northern Kentucky, Joseph Cress, manifestó que el resultado lo sorprendió. “Todo lo demás relacionado con esta sirena es completamente sintético, por lo que podría ser como papel maché de la época en que armaron esto. Incluso, las crestas en la espalda que parecen estar donde podrían estar las costillas… No hay huesos que acompañen eso. Así que parece que fue puramente escultórico y no de un animal real”, indicó y concluyó: “Y luego, hay algunos soportes estructurales de madera en el interior que realmente actúan como marco para mantenerlo todo unido”.
En toda esta desilusión, lo que cobró más relevancia fue la teoría de Natalie Fritz, de la Sociedad Histórica del Condado de Clark, quien aseguró de que en realidad era una “sirena de Fiji”.
“Las sirenas de Fiji formaban parte de colecciones y espectáculos secundarios a finales del siglo XIX. Hemos escuchado algunas historias de personas de la comunidad. Algunos recuerdan haberlo visto expuesto en el Memorial Hall, sede de la sociedad histórica de 1926 a 1986″, explicó ante la duda que generó la “momia sirena”.
LA NACION