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Rafael Di Tella: Estamos en medio de una forma bastante bestial de bajar la inflación

Rafael Di Tella es profesor en la Universidad de Harvard de instituciones, macroeconomía y economía global. Se graduó como economista en la UBA y se doctoró en Oxford. Es hijo de Guido Di Tella, ex viceministro de Economía y canciller de dos gobiernos peronistas.

Di Tella vive y trabaja en Boston. Ahora está de paso por el país. Dos veces olímpico (representó a la Argentina en esgrima en los JJ.OO. de Seúl 88 y Barcelona 92), ahora su hijo Pascual (músico y autor de ‘el sublime economista’), representará al país en París. En unos días podría sumarse su otra hija, Isabel (economista del MIT), a la cita olímpica. Aquí, un resumen de la charla:

-A poco más de 100 días de asumir y en rasgos generales, ¿qué le pareció el arranque del gobierno de Javier Milei?

-Sorprendentemente bueno. Abandonó las promesas monetarias de la dolarización, dinamitar el Banco Central y quitar el cepo el día 1, y se concentró en romper la dominancia fiscal. Sin eso es imposible estabilizar y crecer. Por supuesto que todo ajuste implica sufrimiento, y eso es lo que siempre nos detuvo. Pero hay consenso que es peor seguir como se venía. Milei parece convencido, por eso creo que no lo afecta cuando se revela el sufrimiento del ajuste.

-El FMI habla de mejorar la calidad del ajuste ¿hay un ajuste bueno y uno malo?

-Al contrario de lo que dice el FMI, la calidad del ajuste me parece que no es tan importante. Exagerando un poco, y enfocándonos sólo en la credibilidad, parece incluso que hasta sería bueno que el Gobierno haga un ajuste de “baja calidad.” El ajuste de “buena calidad” lo hace cualquiera, hasta un político sin convicciones. Lo que rompe la dominancia fiscal es un presidente que hace la parte impopular y no contempla dar marcha atrás. Milei parece ser un político de “convicciones, no de consensos” como diría su admirada Thatcher. Lo que sí a mí me da un poco de miedo que sin consensos el ajuste no sea sostenible en el tiempo. Una de las paradojas más grandes es que para hacer progresismo hay que corregir las estafas del kirchnerismo.

-¿Como reinstaurar el impuesto a las Ganancias por ejemplo?

-Claro. Pero reconozco que este primer paso que dio Milei ha sido muy necesario.

-La inflación está bajando ¿es definitivo? ¿o falta todavía?

-Estamos en medio de una forma bastante bestial de bajar la inflación. Los que nos creemos sofisticados criticamos la forma porque recordamos los planes “heterodoxos” que tienen menos costo en términos de desempleo. Pero es justo aclarar que hoy el país no puede encarar planes menos costosos, o heterodoxos, porque el kirchnerismo nos dejó sin reservas y también porque bastardeó los acuerdos de precios y salarios al usarlos con fines políticos.

-¿Y la recesión? ¿la economía puede rebotar en V luego de caer casi 6% en tres meses desde noviembre a enero?

-No lo sé.

-Macri pretendió bajar la inflación con metas de inflación y usted explicó en su momento por qué no iba a funcionar. Alberto Fernández admitió no creer en los planes. Milei dice que el suyo es bajar el déficit ¿Por qué podría andar esta vez?

-Porque el plan de metas de inflación de Macri asumía que la política monetaria era independiente de la política fiscal. Es decir, no creían que hubiera dominancia fiscal. Y también que los movimientos del dólar no tenían impactos generales porque eran solo cambios de precios relativos. De alguna manera, aquella visión con Macri era más fundamentalista que la de Milei. De Alberto Fernández no hay mucho para decir. Ni siquiera estuvo equivocado.

-Milei ratificó el otro día que no piensa cambiar la tasa de 2% mensual de crawling. Muchos economistas creen que hace lo correcto porque fue el ancla cambiaria la que permitió esta desinflación. Otros hablan de atraso cambiario, ¿qué piensa?

-Milei heredó una situación económica catastrófica, con desequilibrios escondidos en cada esquina. Todos los caminos posibles tenían mucho riesgo. No creo que éste sea particularmente criticable, aun cuando a mí me gustaría que explote más el consenso fenomenal que hoy existe alrededor de la necesidad del equilibrio fiscal.

-¿Cuál cree que es el plan de Milei más allá de estos primeros 100 días de dólar quieto y licuar o ajustar parte del gasto?

-El mejor resumen que se me ocurre es que Milei quiere ser una especie de Thatcher de las pampas. Hay muchas similitudes, empezando por la idea de que el fracaso del gobierno conservador anterior se debió a falta de convicciones y porque “no fueron a fondo”. En el caso de Thatcher el trauma era por el “giro en U” del anterior gobierno conservador al suyo liderado por Ted Heath y siguiendo por el acompañamiento de los no-conservadores. El país tenía una estructura económica que expulsaba a los jóvenes y que todos sabían que había que cambiar, pero nadie lo hacía. El problema se hizo tan grave que tanto Nueva Zelanda como Australia tuvieron que poner límites legales a la entrada de inmigrantes ingleses en los 70’. Hay diferencias por supuesto. Nos falta saber cuál es la estrategia de Milei para hacer acá una revolución de propietarios como la que hizo Thatcher en Inglaterra.

-¿Cómo sería eso?

-Thatcher entendió que el cambio de fondo requería que los que antes vivían del Estado benefactor fueran propietarios. Hubo 5 millones de ingleses que vivían en casas del municipio y pudieron comprarlas. Las privatizaciones también fomentaron la participación de pequeños inversores.

-En la campaña Milei prometió la dolarización, eliminar el Banco Central y quitar del cepo. No hizo nada de eso. ¿Por qué no avanzó?

-No sé por qué Milei antes proponía dinamitar el Banco Central. Me imagino que era porque la gente entendía que esa era una buena forma de protegerse del plan monetario de los Kirchner. Con respecto a la dolarización, entiendo que la propuesta ahora es ir a una competencia de monedas. Me parece bien. De hecho, nunca entendí por que’ las provincias fiscalmente responsables, como Córdoba o CABA, nunca se animaron a lanzar una moneda federal convertible como respuesta a la “Cubanización” del Central por parte de los K.

-Milei rescata el gobierno de Menem. ¿En concreto qué lección podría tomar?

-Un aspecto interesante de la era Menem es como las reformas estructurales ayudan con la estabilización macroeconómica. Es uno de los mejores ejemplos de cómo la competitividad no solo depende del tipo de cambio. En efecto, una empresa que tiene acceso a crédito, a insumos de calidad y a precios competitivos y que tiene estabilidad (jurídica, de precios, etc) puede “aguantar” un tipo de cambio más apreciado. Pero quizá lo más positivo del gobierno de Menem es que hizo cambios muy profundos en democracia. Incluso lo que parecía que iba a ser más conflictivo, como las privatizaciones, se pudieron hacer con el apoyo de los que antes se oponían, como grupos sindicales, y mantener en el tiempo. Milei podría rescatar de ese episodio lo mucho que se puede alcanzar sin conflicto.

-¿Milei puede evitar el 1989-1990 de Menem y llegar a la estabilización rápido?

-Esperemos que sí.

-Usted vive en EE.UU. ¿Por qué si la economía allá crece, la inflación baja y el desempleo también, Joe Biden no lidera las encuestas?

-Cuando veo la elección entre Biden y Donald Trump pienso que es hora de volver a la Argentina… (risas).

– Usted sigue el deporte y la política deportiva. ¿Qué le parece la idea de mezclar los clubes con sociedades anónimas?

-Es normal que haya errores. El más evidente es en deportes donde no se entiende el plan. Parece que está mezclando los cambios que pueden ser necesarios en fútbol con cambios en los clubes sociales y deportivos que son un verdadero tesoro y que si algo hay que protegerlos y expandir. ¿O queremos parecernos a EE.UU. en todo lo malo también? Igual lo importante es la dirección general. Si seguíamos con los déficits kirchneristas los clubes iban a cerrar igual porque no iba a quedar nadie.

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