Las «super tasas» que convalidó el Tesoro en la última licitación de deuda no dieron un mensaje de calma al mercado y el dólar siguió demandado este miércoles. Aunque desde el inicio de la rueda se mantuvo cerca de los $1.290 en el mercado mayorista, al que acceden grandes jugadores del comercio exterior, minutos antes del cierre pegó un salto y terminó en los $1.315, un récord histórico para esta cotización. La suba del tipo de cambio de referencia en lo que va del año es de casi 27%.
En los bancos, el dólar oficial terminó en $1.325, lo que implica un salto de más de 9% en lo que va del mes. En la City aún no ven un impacto en el resto de los precios de la economía, aunque advierten que es una variable a monitorear para las próximas semanas.
Operadores comentaron a Clarín que los movimientos de «ultimo minuto» no sorprenden y que el aumento de precio de la moneda estadounidense coincide también con la jugada que hacen grandes players y bancos a final de mes. La dinámica se ve agudizada por la caída de la oferta del agro: el martes se liquidaron solo U$S 25 millones cuando la semana pasada el promedio de la oferta llegaba a US$ 200 millones diarios. «Esto es porque no hubo muchas operaciones después de la baja de retenciones. Ya va a ir subiendo en las próximas semanas.», anticipó el economista Fernando Marull.
En la rueda de este miércoles, el Banco Central intervino con oferta de tasas en la ventanilla «repo» para los bancos. Además, operadores indicaron un incremento en el interés abierto operado en el mercado de futuros, lo que da la pauta de presencia oficial en este segmento. «El Central salió nuevamente por la ventana de repo tratando de subir nuevamente las tasas y con eso suavizar la suba del tipo de cambio antes del cierre del spot», explicó un operador del mercado. Otros jugadores indicaron que el Central habría ofrecido tasas de entre 35% y 37% de TNA para las colocaciones a un día.
Un informe de Max Capital destacó: «Datos del BCRA confirman que el lunes pasado la entidad intervino en el mercado de repo, absorbiendo $1.500 billones. El tipo de cambio parece ser la principal medida del Gobierno para monitorear las “presiones” en el mercado monetario, y el BCRA parecería estar buscando absorber liquidez mediante mayores tasas (como se vio en la licitación de ayer), a pesar de haber señalado que sus intervenciones se limitarían a expansiones/contracciones del Tesoro, manteniendo constante la suma de la base monetaria y los depósitos del Tesoro».
A pesar de esta posible intervención, todos los contratos de dólar futuro terminaron con subas este miércoles. Resulta llamativo el salto del contrato de julio, que deberá cancelarse este viernes: cerró con una suba de $21, pero aún así finalizó más bajo que el precio del dólar en el «spot», a $1.308. El mercado se anticipa a un dólar alcista para los próximos meses y la cobertura para diciembre llega a los $1.494.
Al mismo tiempo, hay expectativa por un recalentamiento mayor del tipo de cambio en la última rueda del mes. Por un lado, porque la licitación del martes no logró captar el 100% de los vencimientos, por lo que quedaron afuera $2.78 billones que pueden presionar al tipo de cambio. En el equipo económico destacaron que el «sobrante» será captado por la suba de encajes, prevista para el próximo viernes 1.
Pero, al mismo tiempo, aparece otra canilla de pesos que puede presionar al dólar en los próximos días. Según estimaciones de la consultora LCG, la posición vendida del Banco Central en futuros pasó de US$ 1.900 millones a unos US$ 4.800 millones en julio.
«La estrategia oficial de cara a las elecciones es clara: preservar un peso apreciado y sostener la desinflación. El apretón continúa pese a señales de estancamiento y al enfriamiento del crédito. Creemos que, tras las elecciones—en las que el oficialismo parte como favorito—, la política monetaria podría tornarse más laxa para reactivar la actividad, apoyada en una inercia inflacionaria menor y en una mayor confianza en el plan económico. Por ahora, con la plaza seca y un perfil de vencimientos abultado, no anticipamos una compresión de tasas en el corto plazo; la volatilidad sugiere monitorear estrechamente la dinámica del dólar para estructurar estrategias de carry.