JERUSALÉN.- Fiel reflejo de una relación bilateral cada vez más fuerte y afianzada -como demostró la última visita oficial del presidente Javier Milei, que abandonó Israel cinco horas antes de que comenzara la operación León Ascendiente contra Irán del 13 de junio último-, el Gobierno argentino comenzó este lunes una serie de cuatro vuelos de evacuación de argentinos no residentes que habían quedado varados en medio del conflicto.
Según pudo saber LA NACION, el Gobierno logró alquilar aviones de las únicas tres compañías israelíes que están volando -Israir, El Al y Arkia- y el primer vuelo, con 50 pasajeros que tenían prioridad -familias con bebes pequeños, personas mayores, con discapacidad, con enfermedades o problemas psíquicos-, partieron desde el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv con rumbo a Roma.
Un segundo avión, también con 50 personas de acuerdo a las directivas de Israel, que por motivos de seguridad redujo a la mitad la capacidad -si hay una emergencia es más fácil evacuar a 50 personas que a 100 de una aeronave-, salió este martes, siempre con destino al aeropuerto de Fiumicino de Roma.
Nuevamente subieron al avión los argentinos que tenían prioridad y que se habían anotado en unas listas organizadas por la embajada y el consulado argentinos en Israel.
Se prevé para este miércoles un tercer vuelo de evacuación que -luego de la novedad del cese del fuego impuesto por Donald Trump-, y gracias a un permiso especial otorgado por Israel al gobierno argentino, se hará con un aeronave que podrá llenarse al tope, con 178 pasajeros.
El vuelo, otra vez, tendrá como destino Roma, pero la otra novedad es que, desde allí, los pasajeros podrán subirse, por la noche, a un vuelo de repatriación de Aerolíneas Argentinas, que tendrá capacidad de 266 pasajeros y que volará hasta el aeropuerto de Ezeiza de Buenos Aires.
La evacuación de argentinos -que no incluye a los residentes en Israel, que son 60.000 y cuyo cuidado le corresponde al Estado judío, según explicaron-, concluirá este jueves, con un último avión charteado por el Gobierno al que se subirá la gente menos prioritaria y que tendrá lugar para 178 personas.