martes, 8 abril, 2025
InicioPolíticaMacri: ser o no ser opositor

Macri: ser o no ser opositor

Es el dilema shakespeareano de Mauricio Macri y de tantos otros dirigentes frente al fenómeno Milei.

Ser o no ser opositor. ¿Es más noble ser un opositor que soporta mansamente las réplicas de un oficialismo que pretende quedarse con todo lo que alguna vez fue esa alianza de poder llamada Cambiemos; o debe armarse contra ese mar de adversidades para asumir que un opositor liberal y republicano nunca podría coincidir con un oficialismo libertario y autoritario?

Es un dilema que el expresidente enfrenta desde que el PRO perdió por segunda vez unas elecciones nacionales. En 2023, ante un candidato elegido por un 30% de votos propios más un 26% de votos que mayoritariamente habían optado por candidatos macristas en las PASO y en las generales.

Esto no les gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

La complejidad de la decisión se acentuó cuando la fórmula Bullrich-Petri se plegó rápido al nuevo oficialismo y por la falta de resultados después de las múltiples milanesas entre Macri y Milei: nunca hubo una aceptación a los pedidos del macrismo de conformar un acuerdo integral que incluyera decisiones políticas compartidas y distribución de cargos.

Durante meses, el líder del PRO dio señales públicas de malestar al no recibir reciprocidad tras su amplio apoyo a la aprobación de leyes y de megadecretos: “Nos dedicamos a rescatarlo para que el plan económico no se vaya al demonio”.

Giro crítico. Esta semana, Macri subió el volumen de sus críticas: “De un proyecto de país hemos terminado en un proyecto de poder que lamentablemente atenta contra un proyecto de país… La prioridad (de Milei) no es ir a atacar un feudo de los que hay. Es increíble que ahora la prioridad de Karina Milei sea la Ciudad y el PRO”.

La semana anterior, en la Bolsa de Comercio de Córdoba, ya había dicho: “Hay una preocupación que crece por la falta de apego a lo institucional que, al reiterarse, empieza a afectar el plan económico… El sistema de selección de jueces que usó para la Corte generó críticas entre quienes tienen que conducir el desarrollo del país”.

En la intimidad, las críticas al oficialismo son más duras. En especial contra la hermana presidencial, de la que suele mencionar sus épocas de tarotista y repostera; y contra Santiago Caputo, al que conoce de cuando trabajaba para su gobierno. De este Caputo repite con preocupación versiones que hablan de negocios y negociados, y recuerda que lo habían echado por las barbaridades que decía mientras trabajaba para el PRO, como que Marcos Peña era comunista.

Con Javier Milei, en cambio, es más cuidadoso. Apenas sostiene que le cuesta entenderlo y que le preocupa su inestabilidad. Sobre esto último, en su entorno leyeron que sus críticas públicas escondían una “pequeña maldad” calabresa. Fue cuando dijo: “Es un presidente que llegó al poder en forma increíble, casi un caso único en el mundo, con su hermana y sus cuatro perros”.

La “pequeña maldad” que señalan es la mención a “sus cuatro perros”.

Como se sabe, Milei repite que tiene cinco perros en lugar de cuatro, porque niega la muerte de Conan, su célebre mastín inglés fallecido en 2017.

El insólito misterio sobre la cantidad de perros que viven en Olivos fue revelado en su momento por la revista Noticias y replicado por medios de todo el mundo. El secretismo oficial es tan profundo que el exprocurador del Tesoro Rodolfo Barra fue obligado a limitar el acceso a la información pública para los periodistas que preguntaran al respecto. Y fue lo que generó la célebre frase orwelliana del vocero Manuel Adorni: “Si el Presidente dice que tiene cinco perros, tiene cinco perros”.

Ahora, como si fuera una nueva respuesta a los que meten sus narices en el secreto de Estado más disparatado de la historia, al día siguiente Adorni salió al cruce de Macri calificando de “obsoleto” a su partido y criticando cómo su primo Jorge maneja la Ciudad.

Amor no correspondido. Ante la inminencia de las elecciones porteñas y las del resto de los distritos, el dilema macrista parece entrar en etapa de definiciones. Qué ser: ¿opositor u oficialista?

Como Macri dice, hasta ahora fue el PRO el que sostuvo legislativamente al Gobierno, además de la extrema contemplación que sus dirigentes tuvieron con los aspectos más polémicos de esta administración.

El dilema shakespeareano de ser o no ser opositor se superpone con…

Cuando estalló la criptoestafa promocionada por Milei, Macri desvió el tema hacia el entorno presidencial, y sus legisladores cerraron filas con los libertarios para no investigarlo en el Parlamento. Cuando Milei relacionó a los homosexuales con la pedofilia, fue Jorge Macri quien salió a repudiarlo; mientras Mauricio guardó silencio.

El expresidente no solo fue contemplativo con Milei, sino que se esforzó tanto por seducirlo públicamente que hasta llegó a dar cierto pudor por los desplantes que recibía a cambio. Incluso en medio de la avanzada de los Milei para vaciar el PRO de dirigentes, Macri repite que su intención fue y sigue siendo alcanzar acuerdos electorales. Porque es tan evidente que es él quien busca una alianza con el Gobierno, como que es el Gobierno quien la rechaza.

Desde ese punto de vista, se podría decir que su verdadero dilema no es ser opositor u oficialista. Sino el de querer ser oficialista y no ser aceptado como tal por el oficialismo.

Es un dilema que nunca sintieron Bullrich y Petri. Y si otros macristas lo tuvieron, luego lo resolvieron renunciando al partido y sumándose a LLA, como los intendentes de Tres de Febrero y 25 de Mayo, Valenzuela y Egüen.

La no resolución de Mauricio Macri hace que próximamente pueda haber otros macristas que asuman que Milei solo aceptará una rendición incondicional y decidan sumarse sin más al oficialismo. O, por el contrario, que sus permanentes y frustradas muestras de seducción hacia este gobierno terminen alejando a otros dirigentes, como Rodríguez Larreta, que ven incompatibilidad ética con el mileismo.

Y mientras no se defina, ¿qué hará la base social que alguna vez lideró y que lo llevó al poder? ¿Lo esperará? ¿Estará incómoda porque suponía un acompañamiento sin condiciones a quien derrotó al peronismo? ¿O, al revés, estará malamente sorprendida por su seguidismo con quien copia las peores prácticas del kirchnerismo?

Distintos. Es probable que los que fueron sus votantes en 2015 no celebren los resultados de su gestión económica, pero todos ellos podrían reconocer que durante sus cuatro años de gestión Macri no usó el agravio y los insultos para tratar con los que no pensaban como él. Que es la lamentable especialidad de este presidente.

… el de querer ser oficialista y no ser aceptado como tal por el oficialismo

Macri fue un duro gestionador de la publicidad pública (que disminuyó año tras año), pero no utilizó ese dinero para presionar a los medios más críticos. Otro triste retroceso de la actual administración: el uso de la pauta pública (a través de empresas como YPF, Aerolíneas y Banco Nación, el mismo artilugio del kirchnerismo que ya recibió condena judicial) para distribuir dinero entre medios y periodistas amigos.

Su dilema sobre ser o no ser, en medio de esta seducción no correspondida, corre el riesgo de parecer oportunista. Porque es razonable que un político tenga en cuenta lo que pueda ganar o perder electoralmente. Pero el peligro es que quede demasiado expuesto que sus convicciones solo están supeditadas a ese cálculo.

El ser o no ser opositor encierra otro dilema más profundo. Hasta dónde los políticos están dispuestos a ceder sus convicciones en pos de otros objetivos, incluso los más loables, aunque sean equivocados.

La incógnita sobre si la indefinición de Mauricio Macri lo perjudicará o beneficiará a él y a su espacio se develará este año. Empezando por las elecciones porteñas del próximo 18 de mayo.

Más noticias
Noticias Relacionadas