Bangkok, 6 feb (EFE).- Miles de neozelandeses han celebrado este jueves el Día de Waitangi, el nombre del tratado fundacional del país de 1840, con las disputas entre el Gobierno y los maoríes como telón de fondo, evidenciadas por la ausencia del primer ministro, Christopher Luxon, en los tradicionales actos de las tribus indígenas.
La controversia desatada desde noviembre pasado, cuando el Ejecutivo presentó una propuesta de ley para reinterpretar el tratado al considerar que los maoríes han obtenido privilegios y se ha irrespetado la igualdad de derechos, llegó a las celebraciones en Waitangi (en el norte del país), donde los indígenas reiteraron que defenderán sus conquistas.
Además del tradicional desfile waka y de la danza Kapa haka, algunos de los asistentes a los actos en la villa que tiene el nombre del tratado mostraron pancartas contra los ataques militares de Israel en Gaza o corearon consignas contra la iniciativa gubernamental de revisar el texto fundacional que cumple hoy 185 años.
Desde el sur del país, el primer ministro encabezó los actos oficiales y ofreció un discurso en el que llamó a los ciudadanos a pensar en la Nueva Zelanda que quieren para el años 2040, cuando el tratado con la Corona británica cumplirá dos siglos.
«El tratado es central en nuestra historia y también es fundamental para nuestro futuro. Cuando la comunidad maorí tiene éxito, toda Nueva Zelanda se beneficia. Continuaremos abordando nuestras diferencias con respeto y seguiremos adelante», dijo el conservador en un vídeo que publicó en X.
Los promotores de la ley argumentan que la falta de claridad de los principios del Tratado ha provocado que el Tribunal de Waitangi, que aborda, entre otros, reclamos sobre la violación de este documento, adopte «acciones contrarias al principio de igualdad de derechos», en aspectos como las cuotas étnicas en las instituciones públicas.
En el país, una democracia parlamentaria que aún tiene al rey Carlos III como su jefe de Estado, un 20 % de la población es maorí, es decir, cerca de uno de los más de 5 millones de habitantes.
Desde que tomó las riendas, el actual Ejecutivo, formado por una coalición de tres partidos conservaodores, uno de ellos ultraliberal, ha retirado leyes y abordado reformas que afectan directamente al pueblo maorí, lo que ha motivado varias protestas en los últimos meses. EFE
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