El balance del clima de 2024 fue mucho más alentador que el que se registró el año anterior, sin embargo existen preocupaciones en el mundo agropecuario para el inicio de 2025. Así lo reveló el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que alertó complicaciones para los cultivos de la zona norte bonaerense y el Sur de Santa Fe por la falta de lluvias y se suma la «delicada situación» financiera que atraviesan las empresas del sector.
«El 2024 dejó un saldo de 700 a 1200 mm en la región núcleo, mientras que el 2023 cerró con 700 a 900 mm. Sin embargo, diciembre 2024 terminó con lluvias por debajo de la media y las reservas de agua del suelo van de escasas a sequía en el 50% de la región», destacó la entidad al señalar como el área más afectada al Noreste de la Provincia de Buenos Aires, una de las principales zonas agrícolas del país.
Campo: cuáles son los principales problemas que afronta el campo
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
La región acumuló un promedio anual de 960 mm y las lluvias «se acercaron al típico gradiente de 800 a 1200 milímetros de este a oeste«. Además, la mayoría de las estaciones meteorológicas de la Red GEA registraron valores superiores al año previo, dejando en promedio 26% más de agua que en el 2023, agregó la BCR.
Asimismo, se señaló que el fenómeno climático “Niño” fue muy importante en este escenario, ya que “las lluvias del otoño sumadas a la recomposición de precipitaciones durante la primavera», fueron los factores que más agua aportaron en 2024. A pesar de ello, el último mes del año marcó un quiebre negativo a la tendencia.
«Diciembre rompió la racha y el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires terminaron con unos escasos 35 mm, muy lejos de los 110 considerados valor medio histórico para la zona», sostiene el informe, donde se observa que solo el sudeste de Córdoba fue el sector más beneficiado con las últimas lluvias de fin de año.
Por este motivo, las reservas de agua de los suelos al primer metro de profundidad (considerando el consumo de una pradera permanente) actualmente son una de las principales preocupaciones: «Van de escasas a sequía en la mitad de la región núcleo, y si se suma el área con contenido de agua regular, el guarismo asciende al 80%, siendo el noreste bonaerense el sector más seco«.
NE bonaerense: complicaciones para los cultivos
Los asesores de las localidades de Baradero, Rojas y Colón coincidieron al manifestar que este sector del país no está teniendo un buen inicio de año debido a la persistente ausencia de lluvias.
El cultivo más afectado es el maíz temprano, una elección casi obligada este año debido al riesgo de la chicharrita. “Los maíces sembrados son casi todos de fechas tempranas de octubre y septiembre; no hay maíces de primera tardíos y apenas un 10% de maíces de segunda”, comentan los asesores locales. Aunque los primeros estadios del ciclo contaron con buena provisión hídrica, la falta de lluvias en diciembre deterioró los cuadros. Están en su periodo crítico y lo transitarán casi sin lluvias”, dijeron a la entidad.
«Aunque aún no se reportan daños críticos, los rindes ya están comprometidos: El impacto final dependerá de las lluvias; podría variar entre un 10% y un 30%, según el lote», añadieron. En tanto, para la zona de Alberdi y Junín la situación mejora, pero en el este se ve complicado llegar a la media zonal de 100 qq/ha.
Por otro lado, la soja es otro de los cultivos que “tuvo un arranque raro”, acorde a lo declarado por los asesores. También atribuyeron su aspecto avejentado y entrenudos cortos a las bajas temperaturas de noviembre y diciembre o al carry-over de herbicidas. Sobre esto, concluyeron: «Si bien no está en periodo crítico, necesita lluvias urgentes«.
Los defaults en el agro
Tras conocerse el default de Surcos, Los Grobo y Agrofina, tres grandes empresas nacionales del sector, se puso de manifiesto la delicada situación económica y financiera del agro por la caída de los precios internacionales de los commodities, un tipo de cambio artificialmente bajo que reduce la competitividad.
Además de este factor, un análisis del Equipo de Estrategia de Inviú señaló a la «elevada presión impositiva, que han generado un escenario adverso para productores de todos los tamaños», como otro de los causantes. En esa línea, coincide con la caída del poder de compra de los granos en relación con los insumos. Las retenciones volvieron a copar la escena y fueron calificadas como «la piedra en el zapato» del campo, restando fuerte competitividad a los productores que perfilan una nueva campaña con dolorosos márgenes.
«Hay más empresas en situación complicada, al igual que muchos productores. Ya habíamos advertido que el peso sobrevaluado y altas retenciones conducen a la destruccion de la producción», había dicho a fin de año en su cuenta X el exministro de Agroindustria Ricardo Buryaile, al pedir al Gobierno que «baje las retenciones».
FP/LT