viernes, 27 diciembre, 2024
InicioSociedadEscándalo de los diplomáticos rusos: qué pasa si un conductor se niega...

Escándalo de los diplomáticos rusos: qué pasa si un conductor se niega al test de alcoholemia

La escena de un diplomático ruso negándose a hacer el test de alcoholemia en un control de tránsito apostado sobre Avenida del Libertador captó la atención de todos en la mañana de este miércoles de Navidad. Pero la sorpresa fue aún mayor cuando un segundo diplomático cayó en el mismo control y también se negó a hacerse la prueba.

La pregunta que ahora surge es qué pasa si alguien se niega a hacerse la prueba alcoholemia. Es decir, entra en rebeldía con los agentes de tránsito.

De acuerdo a la Agencia Nacional de Seguridad Vial, negarse a hacer el examen es siempre una mala decisión. De hecho, puede sumar más problemas e incluso agravar el castigo.

«La negativa a someterse a un control de alcoholemia se asimila a un resultado positivo», indicaron desde la ANSV, uno de los organismos que realiza pruebas de alcoholemia en rutas de todo el país.

Es decir, que si la persona impide que le realicen el test, las consecuencias serán las mismas que las de estar alcoholizado. Y no sólo eso: en muchos casos le aplicarán sanciones más severas que las que le corresponderían al grado de ebriedad que tiene.

«El conductor no puede seguir manejando. Se le labra una infracción, se le retiene la licencia y también su vehículo», mencionaron en la ANSV. Y detallaron que eso es lo previsto en las distintas normativas provinciales.

En la provincia de Buenos Aires, la norma especifica que «todas las personas, sin distinción de edad, que conduzcan vehículos con motor, están obligadas a someterse a las pruebas» de drogas y alcohol.

La ley también aclara que «la simple negativa o resistencia por cualquier modo para cumplir con dichas pruebas configura falta grave». Y establece que si un conductor agrede a los agentes, se encierra en el vehículo, intenta evadir el control u obstaculiza de algún otro modo el test, «será sancionado con los plazos máximos de inhabilitación».

La rebeldía ante el test de alcoholemia se castiga ahora en la Provincia con 18 meses de inhabilitación para manejar. Es decir, la misma pena prevista para quienes circulan con más de 1,5 gramo de alcohol por litro de sangre, los casos más graves.

Si un conductor, en cambio, maneja alcoholizado pero en un nivel de hasta 0,49 y hace el test, la pena es de tres meses de inhabilitación de la licencia. Con niveles de 0,5 a 0,99, quienes colaboran con la prueba se quedan sin manejar por 6 meses; y de 1 a 1,49, durante 12 meses. Es decir, menos que los que se niegan a soplar la pipeta. A esto se suma una multa económica por manejar con alcohol en sangre.

Las fuentes también indicaron que «ante la negación, en caso de encierro o de no querer salir del vehículo, interfiere la Policía por resistencia a la autoridad», lo que podría derivar en paralelo en una contravención o una causa penal.

Más noticias
Noticias Relacionadas