La policía finlandesa está investigando si un barco ruso estuvo involucrado en el sabotaje de un cable eléctrico submarino que conecta Finlandia con Estonia. El 21 de diciembre, las autoridades informaron que creen que el ancla del buque Eagle S, un petrolero registrado en las Islas Cook, pudo haber dañado el cable Estlink 2, que dejó de funcionar el miércoles.
Este barco forma parte de la «flota fantasma» de Rusia, compuesta por barcos que transportan productos petroleros rusos sujetos a embargos, de acuerdo a funcionarios de la Comisión Europea, los cuales son acusados de representar una amenaza a la seguridad europea y al medio ambiente.
El operador de la red eléctrica de Finlandia, Fingrid, aseguró que el daño no comprometió el funcionamiento del sistema eléctrico del país, aunque las reparaciones se estiman en varios meses.
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El director de la Policía Nacional de Investigaciones (NBI) de Finlandia, Robin Lardot, señaló que el caso se está tratando como un sabotaje grave. El presidente Alexander Stubb subrayó la necesidad de mitigar los riesgos que suponen estos barcos vinculados a Rusia.
Este incidente es parte de una serie de daños a infraestructuras submarinas en la región del Báltico. En los últimos años, ha habido varios casos de cables submarinos dañados o cortados, incluido un cable de telecomunicaciones entre Finlandia y Alemania en noviembre, y un enlace de internet entre Lituania y la isla de Gotland, Suecia, que también falló alrededor de la misma fecha.
Además, en octubre de 2023, un gasoducto entre Finlandia y Estonia sufrió daños graves, causados por un barco chino que arrastró su ancla.
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La Comisión Europea condenó cualquier destrucción deliberada de infraestructuras críticas en Europa y anunció que fortalecería las medidas para proteger los cables submarinos.
Además, Estonia ha expresado su preocupación por el daño repetido a estas infraestructuras, considerando que ya no se puede hablar de «accidentes» o «mala navegación». El ministro de Relaciones Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna, subrayó que estos incidentes deben considerarse ataques a las infraestructuras vitales del continente.
De acuerdo a la ex primer ministro de Estonia y actual vicepresidente de la Comisión Europea, Kaja Kallas, aquellos buques que generan daños a la infraestructura en el Báltico, pertenecen a la »flota fantasma» de Rusia.
A su vez, Kallas promociona la aplicación de sanciones económicas a la flota, debido a la sospecha de que esta financia el presupuesto de guerra de Moscú. Además, la vicepresidente del órgano europeo asegura estar doblegando los esfuerzos de la Unión Europea para proteger los cables submarinos.
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