La Copa del Rey tiene varios ejemplos de batacazos muy fuertes, de esos que sacudieron estructuras y hasta sentenciaron temporadas. Por supuesto, Diego Simeone, para muchos el mejor técnico de la historia del Atlético de Madrid, posee espaldas para procesar uno de estos golpes, aunque sin dudas quedar eliminado ante el Cacereño, equipo que juega en la equivalente a la Cuarta División, hubiese generado un impacto fuerte. Ese escenario ocurrió hasta los 37 minutos del segundo tiempo, contra el equipo de la región de Extremadura, que ganaba por un tanto de Merencio en la etapa inicial.
Fue Rodrigo de Paul el que mostró su calidad en la asistencia para el empate de Lenglet, de cabeza. Luego, el volante campeón del mundo resultó determinante para pasar a ganar el match: en el primer minuto de descuento, marcó con un derechazo desde afuera del área, aunque hubo floja respuesta del arquero local tras un rebote en Adrián Pérez. Después, Julián Álvarez, tras un pase de Rodri, marcó con la zurda el 3 a 1 desde un ángulo muy cerrado.
Rodrigo de Paul celebra el segundo gol de su equipo (EFE).
Lenglet y Álvarez ingresaron en la etapa final. En cambio, Angelito Correa, que fue titular, dejó la cancha en el segundo tiempo. Es que el Cholo había decidido una rotación de nueve jugadores (repitieron De Paul y Galán), lo que le dio lugar a la titularidad del arquero argentino Juan Musso, y los locales imaginaron que estaban cerca de la proeza. Esa ilusión se quebró poco después del 1 a 1, ya que Sancho González fue expulsado.
El alivio fue enorme. Los nervios habían expuesto al Cholo al punto que fue expulsado por protestar una jugada. El Colchonero pasó a la tercera ronda del certamen después de sufrir más de lo pensado y de lo que indica el resultado final.
El entrenador después valoró positivamente la prestación de Álvarez: «Se está desarrolando de gran manera».
El zurdazo de Julián Álvarez será el 3 a 1 (EFE).
Simeone durante el partido. Después fue expulsado.
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