El banco J.P. Morgan se volvió a mostrar optimista para la economía del país. Según el último informe, el principal banco aseguró que la recesión en Argentina terminó de la mano de un rebote en septiembre, por lo que se cumple con la proyección de que la actividad se recuperaría secuencialmente en el tercer trimestre
El principal banco del mundo aseguro que, a pesar de que la actividad económica disminuyó durante el mes, el trimestre finalizó con un rebote muy sólido, marcando el fin de la recesión que la economía sufrió desde agosto o marzo del 2023, si se excluyen los meses de recuperación impulsados por el plan fiscal conocido como «plan platita«.
La mirada de la entidad va en línea con el de otras consultoras locales, aunque no es tan optimista como JP Morgan. En el último informe, Econoviews analizó que el tercer trimestre pasó de mostrar un crecimiento del 1,9% a uno de 3,4% trimestre a trimestre. «El nivel de actividad que se estimaba en agosto al final fue un 1,7% mayor. Con estas correcciones, mejoramos nuestra proyección del Producto Bruto Interno (PBI) de 2024. Esperamos una caída alrededor del 2,9%, dejando un arrastre de 2,3% para 2025 y un crecimiento que podría superar el 5%», argumentó la consultora que dirige Miguel Kiguel.
Cambios en la economía argentina
El índice de actividad económica mostró una cifra a la baja en septiembre. La actividad cayó 0,3% mensual, según el estimador del INDEC. La variación interanual fue de -3,3%, y en lo que va del año acumula una contracción del 3,1%.
Es por este motivo que el J.P. Morgan indica que, tras esa leve caída de la actividad real en septiembre, el trimestre cerró muy fuerte, ya que la economía rebotó más del 14,3% t/t anualizado. «Tras las revisiones, la actividad al final del tercer trimestre mostró una recuperación de casi un 4% en comparación con el mínimo cíclico observado en abril, y ahora está un +1,0% por encima del nivel de diciembre de 2023», indica.
En otras palabras, la recesión finalizó y la actividad se recuperó a un ritmo anualizado del 9,7% desde abril. Asimismo, remarcó que los sectores que lideran la recuperación desde abril incluyen manufactura (+6,3% desestacionalizado, ajuste estacional de J.P. Morgan), construcción (+5,2%), comercio (+4,3%), Turismo (+4,9%) e intermediación financiera (+11,3%). Por otro lado, la administración pública, el transporte y otros sectores se contrajeron durante este período.
El documento concluyó que, al incorporar las revisiones de la serie mensual, y mientras se esperan el reporte de las cuentas nacionales trimestrales, «las proyecciones para 2024 y 2025 se ajustan a -3,0% a/a y +5,2% a/a, respectivamente», en línea con la consultora de Kiguel. «El riesgo de la previsión para 2025 sigue sesgado al alza, debido a la velocidad de recuperación observada desde abril (+9,7% anualizado)», resaltó.
El panorama del dólar para 2025
Todos los informes que circulan en la city remarcan la excelente coyuntura financiera, algunos plantean dudas como, por ejemplo, si alcanzarán los dólares y la bonanza para hacer frente al año que arranca en menos de un mes. A los expertos los mantiene alerta los abultados vencimientos de deuda, a pesar de que los depósitos en dólares del Tesoro en la cuenta del Banco Central aumentaron u$s2.812 millones y alcanzaron los u$s2.932 millones, con lo cual Economía ya tiene los dólares para el pago de capital de enero 2025 por u$s2.817 millones, ya que -cabe recordar- los intereses ya se transfirieron al BONY en octubre.
Un documento elaborado por Fundación Capital planteó la duda sobre cómo evolucionará la dinámica de los dólares en el futuro. Aunque toma precaución y señala que, «todo parece indicar que el puente de dólares necesario para transitar los próximos 11 meses está disponible».
Después del blanqueo, los repos, los canjes voluntarios de deuda pública e incluso nuevas emisiones soberanas son mucho «más viables», indica. Además, en el horizonte también se encuentran opciones como el fin o la rebaja del dólar blend, así como un posible nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Este panorama hace cada vez más probable el escenario económico de desinflación planteado por las autoridades, con una probabilidad del 60% de que se materialice», señala el documento de la Fundación. A pesar de esto, este proceso «no» está exento de factores de riesgo que deben ser monitoreados con lupa.
No obstante, a pesar del panorama favorable, persisten dudas sobre la disponibilidad de los dólares, lo que podría poner a prueba la estabilidad económica lograda hasta ahora y tan aplaudida desde afuera. En este sentido, el ajuste fiscal, los mecanismos de financiación como los canjes y un posible acuerdo con el FMI tienen un papel fundamental para los planes del equipo económico. «Aunque la desinflación es un escenario plausible, el riesgo asociado con la gestión de la deuda y los flujos de dólares se mantiene como un factor crítico a monitorear», finalizaron desde la Fundación.