Han pasado siete años desde que la justicia condenase a Juana Rivas a dos años y medio de cárcel por un delito de sustracción de menores. La mujer buscaba separar a sus hijos de su exmarido, el italiano Francesco Arcuri, al que acusaba de maltrato. Los tribunales fallaron en su contra hasta 2024, año en el que el Tribunal Supremo italiano ha acusado a Arcuri de maltrato. Ahora, Gabriel, hijo mayor de la pareja, ha solicitado ayuda a la Fiscalía General de Cagliari para que salve a su hermano, que sigue todavía bajo custodia de su padre.
“Conozco a mi padre y sé que no es capaz de controlar su impulsividad y su ira. Mi hermano está en gran peligro”, asegura el joven de 18 años. Gabriel asegura que fueron “arrancados” de su madre cuando esta entró en prisión, momento en el que comenzó “una pesadilla” para ambos niños. “Mi infancia acabó en el verano del 2017″, afirma.
Juana Rivas fue indultada en julio de 2022, mismo año en el que consiguió la custodia de Gabriel. Daniel, sin embargo, quedó bajo el cuidado de su padre tras un juicio civil en la Corte de Apelación de Cagliari. En marzo de 2024, el Tribunal Supremo italiano anuló esta sentencia, afirmando que en el proceso “se vulneraron tanto el principio de interés superior de los menores, como varios convenios internacionales firmados por Italia”. El fallo del alto tribunal, sin embargo, todavía no se ha ejecutado. Tampoco se ha aplicado ninguna medida cautelar, por lo que el menor de 10 años continúa viviendo con el padre en Caloforte.
El 14 de noviembre de 2024, la Fiscalía de Cagliari presentó formalmente un escrito de procesamiento contra Francesco Arcuri, a quien acusa de de matratar a sus dos hijos, “sometiéndolos habitualmente a violencia física, vejaciones, insultos y amenazas”. Gabriel ha confirmado estos hechos en una carta dirigida al fiscal, en la que señala “los continuos ataques físicos y verbales” de su padre durante los cinco años que vivió con él. “El daño que me ha hecho mi padre es difícil de calcular, porque no existe una unidad de medida posible para ello”, asegura el joven.
El mismo maltrato habría sufrido Daniel. “Recuerdo que cuando se despertaba por las noches llorando y dicioendo ‘Mamma’, mi padre lo tiraba de la cama al suelo, lo arrastraba por las escaleras, golpeándolo en cada ángulo, lo encerraba en una habitación, con la llave echada, etc.”, describe Gabriel en su carta a la Fiscalía. Ambos hermanos, según el relato del joven, estaban amenazados por su padre para que no contasen a nadie estos episodios de violencia.
Tras ser separados por los tribunales, Gabriel y Juan Rivas pudieron ver a Daniel este verano. “Me ha trasmitido el gran miedo y el dolor que tiene a causa de mi padre”, asegura el joven. “No entiendo nada, no logro entender el porqué de no haber adoptado ninguna medida frente a lo que está viviendo”, lamenta.
Ante esta situación, el equipo jurídico de Juana Rivas en España ha manifestado en un comunicado “su máxima preocupación ante el hecho de que, un menor, se vea obligado a seguir viviendo con su padre tras la existencia de un proceso penal abierto por maltratarle y, en cuya instrucción, se ha concluido que hay pruebas más que suficientes para imputar a dicho padre y proceder, por tanto, a la apertura de juicio penal contra él”.
Gabriel ha pedido a la Fiscalía “medidas urgentes” para sacar a Daniel de la casa de su padre. “Es un niño indefenso y, mientras esté bajo el control de Francesco, no podrá decir la verdad sobre lo que está viviendo”, afirma. “Os pido ayuda. En una semana, en un mes, en un año, podría ocurrir cualquier cosa, y no quiero de dejéis pasar esto por alto. Soy la voz que mi hemano ha perdido”, concluye.