El blanqueo y su éxito (por lo menos cuadruplicó la expectativa) es el segundo gran disparador (después del fuerte ajuste fiscal) de la baja del riesgo país a menos de 800 puntos básicos.
Más del 70% de los 20.000 millones de dólares blanqueados e ingresados se mantienen en el sistema financiero y el potencial crediticio es enorme (entre 5.000 y 10.000 millones de dólares), con lo que ésto significa en el aumento de las reservas internacionales netas, a lo que hay que sumarle las colocaciones de deuda corporativa (ONs en dólares) por otros miles de millones de dólares.
Todo indica que el puente de dólares necesario para transitar los próximos 11 meses se construye. Los «repos», los canjes «voluntarios» de endeudamiento público y hasta nuevas colocaciones soberanas son mucho más factibles y en el menú (aunque en última instancia) también están un posible menor dólar blend y un nuevo acuerdo (de fondos frescos) con el FMI.
Este puente de dólares hace cada vez más probable (60% y subiendo) el escenario económico de desinflación (+23%), con tipo de cambio oficial tranquilo (+14%) y recuperación parcial de la actividad económica.
Por supuesto que este tránsito presenta riesgos exógenos de la economía argentina, a saber:
Político: gobernar con vetos y DNUs no es muy sostenible; potencial crisis institucional (el presi y la vice); ¿qué hayde la alianza Pro con LLA?
Externo: lo que pase con USA, ¿tasas interrumpiendo bajas?; ¿precios de las commodities para abajo? ¿restricciones al flujo de capitales a mercados emergentes?
Riesgos endógenos de la economía argentina: el cambiario, que no desapareció, se corrió, por ahora; la posible reversión del carry trade; el necesario ajuste fiscal adicional, para alcanzar un verdadero equilibrio fiscal financiero y que baje la presión impositiva, arrancando por las retenciones.
En lo fiscal se avanzó mucho, pero también falta, y no poco.
La viabilidad de sacar el cepo
La salida del cepo cambiario no está a la vista. Hoy la economía argentina está «con cepo» y «sin reservas», situación que representa incertidumbre económica. Mañana mismo el gobierno podría decidir estar «sin cepo», pero también estaría «sin reservas». Y entonces con el riesgo que se produciría resulta poco probable esa acción gubernamental. Llevará tiempo estar «sin cepo» y «con reservas», rango óptimo para la Argentina.
En números, en extremo la demanda potencial de dólares son los pesos que tienen los privados (personas y empresas) tanto en depósitos bancarios, como en títulos públicos; y eso suma $100 billones. Por otro lado el BCRA no tiene reservas para usar en el mercado de cambios, ya que si bien las reservas brutas alcanzaron los US$ 31.000 millones, los pasivos de corto plazo del BCRA son US$ 36.500 millones y por tanto las reservas internacionales netas son negativas en 6.000 millones de dólares.
¿Cambio de régimen ó paréntesis?
En definitiva en este primer año de gobierno, el paciente (la economía argentina) pasó de la terapia intensiva, primero, a la terapia intermedia y recientemente a una habitación. Buena praxis, sin duda, aunque sin alta hospitalaria aún. Todavía los argentinos tenemos la duda si vamos a un cambio de régimen o apenas si estamos transitando un paréntesis. El partido se está jugando y por ahora el resultado es auspicioso.
La mitigación de los riesgos señalados anteriormente, a pesar de algún que otro sobresalto económico, es la condición indispensable para que ahora no sea solo la ilusión del paréntesis, sino que en realidad vivamos un verdadero cambio de régimen económico.