La investigación, basada en datos de la 2ª Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ennys), destaca que estas carencias son más frecuentes en los niños que abandonaron la lactancia materna y consumen leche de vaca. A través de una simulación, el estudio sugiere que reemplazar la leche de vaca por fórmulas infantiles podría mejorar notablemente la situación nutricional de estos niños.
Los primeros dos años de vida son críticos para el crecimiento y desarrollo del sistema inmunológico, el desarrollo cognitivo y la adquisición de hábitos alimentarios saludables. Sergio Britos, director de Cepea, subrayó que, en esta etapa, muchos niños se integran a la dieta familiar y comienzan su socialización en guarderías o jardines maternales, aunque más de la mitad ya no recibe lactancia materna a pesar de la recomendación de mantenerla de manera complementaria hasta los 2 años.
«En 2023 presentamos un informe sobre las deficiencias de nutrientes en niños de 6 a 12 meses, y ahora analizamos los siguientes 12 meses. Durante esta fase, la calidad de la alimentación complementaria sigue siendo clave, en especial el componente lácteo de la dieta», explicó Britos. La Guía de Práctica Clínica en Alimentación Complementaria sugiere la leche de vaca solo como tercera opción después de la lactancia materna y las fórmulas infantiles, ya que su perfil nutricional no es adecuado para cubrir todas las necesidades de esta etapa de crecimiento acelerado.
Principales deficiencias detectadas
El análisis de los datos de la Ennys encontró que, si bien algunos nutrientes están en niveles adecuados o incluso exceden las recomendaciones, otros son deficientes. Por ejemplo, los niños consumen un 411% de la vitamina B12 y un 342% de proteínas necesarias, pero presentan insuficiencia en vitamina D (53% de la recomendación), ácidos grasos Omega 3 (73%) y hierro (96%).
Las carencias más notables afectan a un alto porcentaje de niños: el 81,2% no consume suficiente Omega 3, el 42,1% tiene deficiencia de vitamina D, el 34,4% de calcio, el 26,7% de vitamina B9 y el 12,2% de hierro. Sin embargo, al modelar el reemplazo de la leche de vaca por fórmulas infantiles, los investigadores observaron mejoras significativas en los niveles de estos nutrientes, manteniéndose solo la vitamina D con una leve inadecuación en promedio.
Los resultados de esta investigación sugieren la necesidad de mejorar la calidad de la alimentación complementaria, especialmente en poblaciones vulnerables, donde estas deficiencias pueden pasar desapercibidas debido a la falta de síntomas inmediatos. Según Britos, “estas carencias no se manifiestan de inmediato, pero pueden tener consecuencias a largo plazo en la salud y el desarrollo infantil. Mejorar la nutrición de estos niños no solo es fundamental en el plano individual, sino también en términos de salud pública».
Desde Cepea también destacaron el papel de las fórmulas infantiles, que pueden ser una alternativa eficaz para reducir las deficiencias en nutrientes críticos como el Omega 3, las vitaminas B9 y D, y el hierro.
«Queremos ser parte de la solución y promover políticas públicas que garanticen una adecuada nutrición en los primeros años de vida. Con este estudio, buscamos sensibilizar y guiar las decisiones de las familias y del sistema de salud para abordar esta problemática», concluyeron desde Cepea.
Sobre CEPEA
Cepea es una organización fundada en 2009, que reúne a expertos en nutrición comprometidos con el análisis y desarrollo de políticas alimentarias saludables y sostenibles, centradas en la mejora de la salud pública en Argentina.