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Voluntarios de la Iglesia del Centro abrieron un comedor universitario

Es accesible para todos, sin requisitos y con servicio adicional de oración y perchero solidario. Planean expandir el servicio a más días y para eso reciben colaboraciones

sábado 22 de junio de 2024 | 4:00hs.

La situación económica actual no es fácil para la mayoría de los estudiantes y por ese motivo, la Iglesia del Centro Asamblea de Dios Cristiana abrió un comedor universitario organizado por voluntarios de la congregación, con servicio adicional de oración, primera escucha y perchero solidario.

En diálogo con El Territorio, el pastor Sergio Grube contó que el lugar abre los martes y miércoles al mediodía y viernes a la noche. Para inscribirse hay que contactarse por el Instagram ‘comedoruniversitarioidc’ y rellenar el link que suben el día previo.

“Esto surge por estudiantes universitarios que asisten a la iglesia y en una de esas charlas nos comentaron la situación de los comedores y que el contexto económico complicaba el acceso diario al plato de comida. Ahí nos pusimos a ver la posibilidad de hacer algo”.

A su vez, mencionó que junto a su esposa trabajan con universitarios dentro de la iglesia y conocen a muchos chicos que estudian en el centro y en el campus de Miguel Lanús. A raíz de eso, se convocó a los devotos para ver si a alguien le interesaba formar parte de un voluntariado ya sea para colaborar en la cocina o en limpieza. Varias personas se entusiasmaron con la idea de ayudar y a partir de ahí se organizaron los días que podía sumarse cada voluntario.

Iglesia del Centro Asamblea de Dios Cristiana
Los interesados deben inscribirse en el link que se publica en el Instagram del comedor universitario IDC. Foto: Marcelo Rodríguez

“También se invitó a empresarios que vinieron a la iglesia para acordar si podían apoyar para la compra de alimentos y unos cuantos empezaron a decir que podían encargarse de un producto en particular y así se armó el equipo de trabajo. Actualmente hay un equipo de empresarios de la iglesia que están colaborando, otro equipo de colaboradores en la cocina, y después un grupo de limpieza”, indicó el pastor.

El comedor está abierto a todos los estudiantes sin discriminación de religión. Solamente deben inscribirse un día antes mediante el link que se publica en el Instagram del comedor universitario de la Iglesia del Centro, ya que la capacidad del salón es para 150 personas por lo que los interesados deben asegurar un cupo. No se pide ningún comprobante o carnet universitario sino que confían en la sinceridad y necesidad de cada uno.

“Hay estudiantes de distintas carreras, pero la mayoría son específicamente de enfermería. Después vienen estudiantes de Exactas y también vienen algunos del campus. Al principio empezamos con un cupo de 80, después subió a 100 y hoy ya vienen unos 120. Hay dos días que son almuerzos que son los martes y miércoles y los viernes a la noche que es cena”, detalló el referente de la iglesia.

Según puntualizó, el cupo siempre se llena porque se contactaron con distintos centros de estudiantes a los que enviaban el link de inscripción para cada comida.

“Nosotros tenemos un cupo porque es la capacidad que da el lugar y la gente que puede cocinar. En la cocina son unas siete voluntarias y a veces hay uno o dos varones que se suman para ayudar a mover ollas. En el servicio de limpieza son cuatro o cinco voluntarios que se acercan a limpiar una vez que se cierra la cocina”.

Las comidas varían, entre lentejas, fideos o polenta con salsa, arroz con pollo y otros platos que siempre vienen acompañados con pan y un vaso de jugo. Los panificados son donados en su totalidad por la panadería Maná. El menú de la cena suele variar entre pizza, sándwich o choripán.

Oración y escucha

“Tenemos una mesa en la que se pueden dejar pedidos de oración y hay un grupo de gente que está orando por pedidos específicos. Entonces les decimos que si tienen mesa de exámenes, si están estresados o angustiados que nos pueden dejar un pedido ahí. También tenemos dentro de la congregación el espacio de primera escucha 33.3, donde se atienden todo tipo de pedidos sobre todo de adicciones y funciona los miércoles y jueves a la tarde entre las 17 y las 19. Hay dos matrimonios capacitados disponibles para una escucha activa”, resaltó Grube.

En esa línea, contó que varios estudiantes ya se acercaron porque hay momentos de angustia en los que se necesita un consejo o hablar con alguien. Cómo empezaron hace poco más de un mes, el comedor funciona solo dos días con almuerzo y uno con cena, pero planean extenderlo a todos los días de la semana.

Perchero solidario

Por su parte, los miércoles en el horario del almuerzo también funciona un perchero solidario de ropa y calzado en óptimas condiciones. Cada estudiante puede elegir tres prendas sin compromiso y cualquier persona puede colaborar con prendas limpias y en buen estado o bien algún alimento que sirva para la comida.

“Para nosotros es un placer abrirnos hacia afuera y es algo que nos motiva mucho. Muchas cocineras me comentaron que venían a la iglesia y querían aportar en algo, pero no sabían en qué ámbito se sentirían útiles y con eso, pueden ayudar y servir no solo asistiendo a los cultos”, expresó el pastor en cuanto al corazón solidario de los voluntarios.

Iglesia del Centro Asamblea de Dios Cristiana
Cada estudiante puede llevarse tres prendas limpias y en buen estado. Foto: Marcelo Rodríguez

En este marco, Belén, una de las estudiantes que asiste al comedor, se refirió al servicio del comedor. “Me parece una buena oportunidad para los chicos que son universitarios. Nosotros somos estudiantes de enfermería y como al principio no podíamos acceder a un comedor, nos viene re bien el hecho de que tengamos la oportunidad de almorzar dos días acá. La gente es muy servicial, nos reciben con muy buena onda y nos hacen sentir bienvenidos”.

De igual forma, Doris, una de las cocineras, agregó que como mamá y abuela se sintió triste al principio del año cuando no abrió el comedor de la Unam.

“Enseguida me sumé al grupo de cocina para servir con gratitud, nos sentimos útiles ante la sociedad y nos motiva ver el corazón abierto de los chicos y lo agradecidos que son por un plato de comida. Nos llena de satisfacción, además hay un sector en donde escriben sus pedidos de oración y ahí te das cuenta que ese platito de comida que se comparte los llenan en varias áreas, no solamente el estómago”.

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