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El vice del Banco Central afirmó que el «peor trimestre» para la economía ha sido superado y los resultados «son alentadores»

La idea de que el Gobierno logró desactivar la bomba hiperinflacionaria y que se encuentra a seis meses de asumir con un panorama hacia adelante más auspicioso que el que se esperaba en diciembre se repite entre los distintos funcionarios, sobre todo los del equipo económico.

Este martes, el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, comparó la situación actual con la Argentina de 2002, cuando el economista Mario Blejer estaba al frente del organismo.

Para el funcionario, lo peor ya pasó. «Ese periodo desafiante ha sido superado, con resultados alentadores por el lado de la caída visible de la inflación, el aumento sistemático de reservas y la recuperación de credibilidad en el uso de herramientas de política económica, evidenciado en la convergencia de los precios de los activos en los mercados monetarios cambiarios a lo previsto en el programa económico».

Werning repasó las medidas que la autoridad monetaria tomó desde diciembre hasta ahora y aseguró: «Pasamos de la Argentina de 2023 donde observamos todos con impotencia cómo se consumía la mecha de una nueva bomba hiperinflacionaria, a la Argentina de la primera mitad del 2024, donde ahora nos encontramos proponiéndonos recuperar la estabilidad y la previsibilidad para dar lugar a aspiraciones compartidas de prosperidad y sostenibilidad», afirmó este martes.

El economista fue uno de los primeros disertantes del 41° Congreso Anual del IAEF, que se realiza en el Centro de Convenciones de Buenos Aires.

El vice del BCRA tomó a la figura de Mario Blejer como ejemplo de cómo timonear la crisis y cambiar los pronósticos más adversos. «Como a fines del 2023, en el 2002, el paisaje monetario cambiario era uno de tierra arrasada», dijo y enumeró: «Existía un cepo cambiario, un corralito bancario, se habían pesificado forzosamente depósitos y préstamos del sistema bancario, a pesar de lo cual se desarrollaba una corrida bancaria. Las provincias emitían cuasi monedas».

Y prosiguió: «Si no recuerdo mal, los pronósticos más escuchados en el mercado porteño indicaban que el país se encaminaba a un tipo de cambio de 18 pesos por dólar. Hoy, con la tranquilidad de una mirada histórica, entendemos que ese pronóstico se basaba en extrapolar todo lo que podía salir mal. Pero todo lo que podía salir mal no terminó saliendo mal y algo de lo que podía salir bien terminó saliendo bien».

El segundo de Santiago Bausili al frente de la autoridad monetaria destacó que los cambios que implementó el Gobierno se han hecho «no sin esfuerzo». Y reconoció que las alternativas para evitar el colapso antes de fin de año pasado se resumían en dos vertientes: «O plan Bonex o subir aún más las tasas«:

«De haberse aplicado esas soluciones, es probable que se habría conducido a la quiebra del sistema bancario mientras la expectativa inflacionaria continuaba siendo alimentada por la creación endógena de dinero».

Frente a un auditorio lleno, Werning destacó al «ancla fiscal» y el «ancla cambiaria» como las dos llaves que permitieron transitar el camino hacia la desaceleración inflacionaria.

«La consistencia de este equilibrio general se termina de apreciar cuando se toma conciencia de que permitió recorrer una senda de reducción de tasas a pesar de varias espadas de Damocles que representaban las fuentes de inestabilidad contingente particulares a la crisis actual», dijo. y se refirió a los «puts y bids» que el Banco Central colocaba para garantizar el financiamiento al Tesoro por parte de los bancos y a la deuda de los importadores, que buscó sanearse con la emisión del Bopreal.

«Se reinstaló la libre competencia de tasas de interés entre entidades, se cerró el acceso a la ventana de pases del Banco Central a entidades no bancarias, se redujeron los esquemas de franquicias que convertían la política prudencial de encajes para los depósitos en una fuente de subsidios no presupuestados, se reformó el esquema de incentivos para promover verdaderamente el crédito a las pymes, se avanzó en la postergación e integración del sistema bancario tradicional con los sistemas de pagos digitales no bancarios», enumeró.

Y concluyó: «Por fin, este mes empezaron a distribuirse billetes de mayor denominación encargados a principio del año al exterior, porque la casa de monedas se encontraba endeudada e incapacitada para cumplir su rol. El resultado de estas decisiones está a la vista», enumeró el funcionario ante la mirada atenta de los hombres y mujeres de negocios del país.

NE

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