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Sal, la enemiga silenciosa: cómo reducir su consumo

En el país se consume el doble del porcentaje diario recomendado, que es del 5%. Bajar su consumo contribuye a combatir la presión arterial y problemas del corazón

sábado 18 de mayo de 2024 | 5:30hs.

El consumo diario de sal en exceso trae aparejados problemas en la salud de las personas de cualquier edad. Se lo asocia al aumento de la presión arterial y a las enfermedades del corazón, que representan en la Argentina la mayor causa de muerte entre la población adulta.

En el país el consumo de sodio oscila entre 10 y 12 gramos por día, el doble del recomendado que son 5 gramos (una cucharadita). Y lo insólito es que el mayor porcentaje de la sal -la llamada invisible- que ingresa a los organismos proviene de los alimentos procesados, estos son embutidos, caldos, panificados, galletitas y conservas, entre otros. 

Si bien en 2013 se sancionó la ley Nº 26.905 de Promoción de la Reducción del Consumo de Sodio en la Población y por ello se llevan adelante diferentes estrategias para combatir esta situación, corresponde también a cada uno ser consciente de su alimentación y saber de dónde vienen esos alimentos.

El Territorio consultó a especialistas en esta temática a fin de que pudieran echar luz sobre esto y brindar consejos de cómo empezar a dejarla de lado en nuestra mesa.

“El sodio tiene una función en el organismo, tiene funciones que son esenciales como nutrientes, sirve para el mantenimiento del volumen plasmático y el equilibrio ácido básico. Trabaja a nivel del medio interno, lo que es muy importante en la transmisión de los impulsos nerviosos, en el funcionamiento normal de las células. El sodio es un electrolito, un nutriente esencial, pero que no debemos consumir en exceso”, explicó el cardiólogo José Luis Lazarte.

En esa misma línea, sostuvo que generalmente se subestima mucho al consumo de sal al igual que a la hipertensión arterial.

“La hipertensión arterial es un asesino silencioso, porque hay mucha gente que está con presión muy alta y no lo percibe. Hay mucha gente que tiene hipertensión arterial, toma medicamentos y es consciente porque le llegó la información. Hay mucha gente que, a pesar de ser hipertenso, no asume a la hipertensión como un problema y la subestima comiendo con sal de forma excesiva y tomando el medicamento, lo que significa que está mal tratado, mal controlado. Y hay otro grupo de pacientes que son hipertensos y no saben porque no se controlan la presión arterial, entonces tienen una dieta rica en sodio”, repasó el profesional.

Alertó sobre esta patología que también alcanza a niños y adolescentes “que son de causa secundaria y la única forma de detectarla es controlándola y haciendo un diagnóstico precoz”.

Así hizo hincapié en las medidas básicas para la prevención de la enfermedad:  bajar el consumo de sal, una dieta saludable, bajar las grasas saturadas, bajar el consumo excesivo de alimentos azucarados, actividad física por 30 minutos diarios. “Son medidas muy elementales y que generan un gran impacto en la salud pública”, determinó.

Cómo suplantarla en las comidas

Para la nutricionista Mariana Duarte (MP 125), en los últimos años empezó a cambiar la actitud de las personas frente a la sal, en cierta medida por la ley vigente que se nombró anteriormente.

“Yo creo que es fundamental, eso me parece que hay que recalcar, cuando tienen niños pequeños o bebés a los que le empiezan a dar las primeras papillas es importante que no le agreguen sal. El niño no necesita que se le agregue nada de sal, ahí es donde ya empezamos a acostumbrar su paladar. Si el niño se acostumbra a comer sin sal o con mínima sal, no la va a necesitar. De hecho, va a pasar que coman algo como una salchicha, que tiene alto contenido de sodio, y le parecerá salado”.

Hay muchos que utilizan el caldo en cubos o la salsa de soja para suplantar la sal en sus comidas, Duarte aseguró que esto es un error y que terminan siendo más perjudiciales porque sus niveles de sodio son altísimos.

Por ello, recomendó la utilización de condimentos y hierbas aromáticas para saborizar las comidas: limón, orégano, provenzal, romero, pimentón, ají, “todo ese tipo de condimentos va a ayudar a darles sabor a las comidas y no haya necesidad de agregar sal”.

“Hoy por hoy tenemos que tratar de que nuestra alimentación sea lo más natural posible. A mayor contenido de alimentos procesados vamos casi seguro a una hipertensión arterial en la edad adulta, aunque hoy cada vez es más joven la gente hipertensa, no tienen ni 40 años y ya están tomando medicación”, destacó la nutricionista.

En lo que refiere a los alimentos que se adquieran de las góndolas de los supermercados, recomendó revisar las etiquetas y sellos. “Cuando damos vuelta al paquete y tenemos la etiqueta, hay un porcentaje que dice VD, que es el valor diario recomendado, ese porcentaje lo ideal es que sea menos de 5%”, indicó.

Y sumó: “Para aquellos que ya son hipertensos hay algunos paquetes que te dicen sin sal agregada. Eso también es importante. Que el paquete te diga light no quiere decir que es sin sodio, porque puede ser porque tiene menos grasa o menos azúcar”.

Para cerrar, Lazarte recalcó sobre los controles periódicos no sólo para detectar la hipertensión arterial, sino por la glucemia, la obesidad y otros.

“Son problemas que nosotros llamamos como modificables, que con medidas oportunas se pueden modificar, normalizar y generan un impacto muy tangencial, algo que genera un impacto en la disminución de la causa de muerte cardiovascular”, concluyó. 


Para tener en cuenta

Lo recomendado

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda menos de 5 gramos diarios. Se calcula que la mayor cantidad de sal que consumimos proviene de los alimentos procesados.

Tipos de sal

La sal visible, aquella que agregamos al cocinar o servir las comidas en la mesa, y la sal invisible, la que proviene fundamentalmente de alimentos procesados: embutidos, caldos, etc.

Mirar etiquetas

En la tabla nutricional mirá el contenido de sodio por porción, compará con otro producto y elegí el de menor valor. En la lista de ingredientes identificá si tiene sal añadida y/o algún aditivo con sodio.

Cómo cambiar

Moderá el consumo de alimentos procesados, cociná sin sal, evitá el salero en la mesa, realzá el sabor de las comidas con hierbas aromáticas frescas, especias, jugo de limón, ajo, etc.

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