El Banco Central volvió a bajar la tasa de interés y, protegido por el cepo al dólar, vive una verdadera fiesta de licuación de su deuda que pagan los ahorristas y, en especial, los pequeños.
La entidad monetaria, de la mano de Santiago Bausili, su presidente, decidió la cuarta baja de la tasa de interés de referencia de la política económica de la gestión de Luis Caputo como ministro, que ahora queda en 50% anual, equivalente a 4,2% mensual.
Una primera lectura del lado oficial sostuvo que la reducción respondía a un descenso del costo de vida que en abril habría rondado 9% y que el Gobierno espera bajar a 5% en mayo.
Otro punto de vista es decir que el Banco Central baja la tasa para cumplir con uno de los objetivos que marcó como prioritario el presidente Javier Milei que es «licuar» la deuda del Central como condición necesaria para poder levantar el cepo cambiario que limita la compra de dólares a precio oficial para pagar importaciones o para ahorrar.
Esa vigencia del cepo es una de las razones que contribuye de manera determinante a explicar por qué una baja de la tasa de interés que se mantiene en el campo negativo frente a la inflación no tiene impacto fuerte sobre los dólares libres.
Una razón concreta de ese resultado es la vigencia del dólar blend por el cual los exportadores liquidan 80% al dólar oficial y 20% al contado con liqui, aumentando así la oferta para los dólares libres: el contado con liquidación en $ 1.127 y el blue en $1.035.
La baja de tasa de referencia impulsó la caída de la tasa de los depósitos a plazo fijo que los bancos ubicaron a partir del jueves entre 37% y 40% anual, en torno al 3,3% mensual, que está por debajo de cualquier pronóstico de inflación para las próximas semanas.
Bausili baja la tasa, protegido por el cepo cambiario en lo que respecta a un salto del dólar, para emitir menos intereses por los pasivos del Banco Central que viene siendo una fuente de emisión monetaria importante y que busca eliminar.
El Banco Central reduce así el pago de la deuda por sus pasivos monetarios que rondan los $ 34 billones y lo financia licuando a los ahorristas en pesos que, en un contexto como el actual, con cepo y con los bancos limitando la captación de depósitos ajustables, están encerrados o condenados a perder en términos reales.
Por la vereda de enfrente, la de los dólares, la canciller Diana Mondino y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, viajaron a China para negociar una salida para los US$ 5.000 millones que la Argentina debe pagar a fines de junio por el uso que el Banco Central de China le autorizó al exministro Sergio Massa de los US$ 18.000 millones del swap que está vigente de los tiempos en que Martín Redrado conducía el organismo.
Ese swap se asemeja a la posibilidad de un giro en descubierto de un cliente de un banco, pero con la particularidad de que cada vez que lo usa, la Argentina debe pedir autorización y, en este caso, el descubierto autorizado vence a mediados de año.
«Por supuesto, como todas las otras deudas argentinas», dijo la canciller a la pregunta de la periodista de Clarín María Laura Avignolo sobre si el Gobierno pagará el swap. El secretario Quirno agregó: «Sí. O sea».
Pagar la totalidad del vencimiento implicaría destinar un 40% de las reservas que compró el Banco Central y que quedaron después de haberle pagado más de US$ 2.000 al FMI. Los operadores están poniendo el foco sobre las negociaciones que puedan surgir en los próximos 60 días con un Gobierno que el Presidente ha denostado.
Exfuncionarios argentinos que negociaron con el gobierno chino se inclinan por pensar que el país asiático no será especialmente duro con el Gobierno de Milei, pero todo lo referido al swap vive rodeado de un halo de misterio y opacidad que impide realizar pronósticos con algún grado de certeza.
Tanto sobre la baja de la tasa de interés, que los ahorristas terminan pagando el costo, como con la acumulación de dólares, el Central sigue avanzando con la protección de un cepo cambiario que, semana a semana, parece ir prolongando su vigencia a pesar de las Intenciones de levantamiento para mediados de año.