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Fabrican muebles y tablas con plástico reciclado

Eduardo Ros, Tomás Montiel y Alejandro Tabbia son socios de un proyecto que busca mitigar la contaminación. Fabrican mesas, sillas, maceteros, decks, entre otros

jueves 02 de mayo de 2024 | 4:00hs.

La empresa se ubica en el Parque Industrial en Nemesio Parma y realizan envíos a todo el país. Fotos: Matías Peralta

En medio de una crisis ambiental y de un cambio climático que azota cada vez más a todo el planeta, surgen emprendimientos que buscan mitigar el impacto de la contaminación y fomentar la conciencia ecológica. Tal es el caso de Terekua -palabra que significa protector en guaraní- un emprendimiento creado por Eduardo Ros, Tomás Montiel y Alejandro Tabbia y que se dedica a la fabricación de muebles a base de materiales reciclados.

En diálogo con El Territorio, Ros detalló que la idea surge para darle una utilidad o un destino final adecuado a residuos reciclables.

“La ciudad había empezado a implementar un programa de recolección diferenciada hace más de cuatro años y ya estaba instalado el Centro Verde Municipal que es donde se recolectan los residuos. A partir de ahí decidimos buscar una alternativa para darle un uso a esos plásticos”.

Precisamente, hace unos cinco años que la idea comenzó a gestarse con errores, aciertos, investigaciones y sobre todo, muchas ganas de innovar. Para que hoy la empresa ubicada en el Parque Industrial esté fabricando madera sostenible, hubo un minucioso proceso de estudio de varios meses para identificar qué materiales se podrían utilizar y en qué proporción, además de la infraestructura, mano de obra y maquinarias. Actualmente trabajan cinco personas y elaboran sillas, tablas o madera plástica, mesas, decks, bancos, entre otros productos que pueden ser consultados en su página de Instagram ‘terekua_sustentable’.

“Tenemos un proceso de la parte productiva, que es donde se muele el plástico, se hace una mezcla y después pasa a la parte de destrucción, en donde se funde y se termina elaborando la tabla o la madera plástica. Por otro lado está el proceso de elaboración de los productos finales o de la manipulación de esa madera plástica, que es como un sector de carpintería”, explicó el emprendedor.

En cuanto a los productos que utilizan para el reciclado está el polietileno de alta densidad que comúnmente se encuentra en las botellas de gaseosas o en los envases de productos de limpieza como lavandina o de champú. A su vez se utiliza polipropileno que son las tapas de las botellas de gaseosas y el polietileno de baja intensidad que se halla en todos los plásticos blandos como paquetes, bolsas y embalajes.

“Principalmente los materiales vienen del Centro Verde, pero como tampoco nos abastece al 100%, hacemos alianzas con empresas privadas que como parte de sus procesos productivos generan estos plásticos, se los retiramos y los reutilizamos. Un producto promedio nuestro pesa alrededor de 50 kilos que es equivalente a 50 kilos de plástico. Un fardo que viene con los plásticos compactados pesa alrededor de 130 kilos”, detalló Ros.

El objetivo a largo plazo de Terekua es poder utilizar cada vez más plásticos reciclables para ampliar el proceso productivo y también, buscan ampliar la gama de materiales que se involucran en el proceso de fabricación.

Innovación

Este proyecto de desarrollar madera plástica es el primero en Misiones y en el NEA, aunque hay unas pocas empresas en otras provincias que ya venían trabajando con estrategias sustentables similares.

“Observamos que varias empresas tenían proyectos como el nuestro pero ninguna comparte información, por eso tuvimos que hacer todo a prueba y error hasta llegar a un producto final adecuado. Nuestro objetivo es mostrar cómo cada ciudadano de Posadas o de otra localidad puede contribuir desde lo mínimo separando bien los residuos ya que si se mezclan con otros, se pueden contaminar entre sí y no lo podemos usar”, hizo hincapié Montiel.

En Posadas hay un programa de recolección diferenciada que es el que se viene trabajando hace varios años. Distribuidos por toda la ciudad se encuentran contenedores de color verde para objetos reciclables y de color negro para el resto de los residuos. También están los ecopuntos que son equipamientos para la recepción voluntaria de residuos, previamente separados en origen y cuentan con atención personalizada para la disposición y acopio correcto de cada fracción.

La mayoría de los residuos provienen del Centro Verde Municipal.

“Creemos que la principal misión es que la gente se involucre, que tome conocimiento, que se interese, y después la ciudad o el programa va a aportar todas las herramientas que hagan falta para que eso llegue a un buen destino y sea aprovechable”, subrayó Ros.

La empresa Terekua se ubica desde hace poco más de un año en el Parque Industrial en Nemesio Parma y la producción se vende desde noviembre ya que anteriormente fabricaban prototipos para evaluar su durabilidad y resistencia al clima.

“Es un producto muy atractivo y su ventaja es que es ecológico. La principal virtud es la durabilidad del producto ya que al ser plástico soporta cualquier tipo de clima. Somos conscientes que es un producto muy nuevo, muy novedoso, entonces por falta de conocimiento todavía no tiene una aceptación total pero creemos que a largo plazo va a tener una aceptación muy buena por el hecho de ser un producto reciclado”, manifestaron los socios.

Pese a que recién inician, la capacidad productiva es de unas 70 tablas de plástico al día aunque si tuvieran más cantidad de material el número sería más alto. En lo que refiere a cantidad de muebles que realizan, la cifra de productos terminados puede variar dependiendo el tamaño y su uso.

“No es lo mismo hacer un panel de deck que hacer una mesa picnic o un camastro, que le da un poco más de elaboración. En líneas generales tenemos una capacidad de producir 25 reposeras por semana, con el equipo completo trabajando”, aseveró Montiel.

Y agregó que la elección del nombre del negocio se enmarcó en que los tres socios son posadeños y los primeros en toda la provincia en hacer este tipo de muebles. “Queríamos buscar una identidad y sentido de pertenencia, por eso elegimos la palabra Terekua, que en guaraní significa protector”.

Educación

Los planes a futuro son varios, pero uno de ellos -el más importante quizás- se trata de organizar visitas escolares de los grados más altos de la primaria o bien, de la secundaria.

“Es muy importante para la concientización y queremos que vean el proceso de transformación. Cada chico podrá visualizar el proceso desde que separan el residuo en la casa o cuando tiran el cesto adecuado de basura hasta dónde puede terminar. Es algo impactante y creemos que el mensaje va a llegar de la manera correcta. Lógicamente por cuestiones estructurales todavía nos estamos acomodando y acondicionando la fábrica para que sea un lugar seguro y apto para los alumnos”, puntualizó Montiel sobre la posibilitar de educar y concientizar con su empresa.

Mientras trabajan en el nuevo proyecto, cada día tanto los socios como el resto del personal se abocan a elegir minuciosamente cada materia prima, controlar las distintas máquinas, corroborar que el producto sea resistente y dar a conocer su trabajo que recién arranca en Misiones y en el NEA.

Uno de sus mayores objetivos es promover que la comunidad tome mayor conciencia sobre la contaminación y recomiendan que cada uno desde su hogar puede hacer un aporte fundamental separando los residuos y colocándolos en los contenedores, cestos o ecopuntos adecuados para que puedan reciclarse.

“La idea es que los ciudadanos sientan que pueden hacer un gran aporte al ambiente desde su hogar, sin pensar en las industrias o grandes generadores de impacto. Separar residuos es lo más práctico como para empezar a tomar acciones con las cuales uno se pueda quedar medianamente tranquilo de que está haciendo lo posible -aunque sea lo mínimo- para combatir o evitar que aumente la contaminación ambiental”, resaltó el emprendedor.

Respecto de la visión que tienen de su trabajo, los socios comentaron que es muy satisfactorio lograr emprender en un área tan importante y si miran hacia atrás cuando predominaba aún la falta de experiencia, el orgullo que sienten hoy es enorme por haber avanzado y por rendirse hasta conseguir fabricar el primer producto.

“Comparado a lo que éramos hace un año o hace cuatro años, la verdad es que sentimos que avanzamos mucho y ver eso es muy gratificante. Si miramos los materiales o los residuos que recibimos por un lado y por otro vemos los productos que estamos sacando, es muy gráfico y es muy inmediato el mensaje. En paralelo también el hecho de que se esté trabajando acá y todo el circuito de trabajo indirecto que a su vez nosotros vamos viendo que se genera es una alegría inmensa”, expresó Montiel tras haber cumplido una de las metas de llegar a fabricar un producto ecológico, duradero y estéticamente similar a la madera.

En su patio, conservan camastros, bancos, mesas, planteras y otros artículos que fueron los primeros prototipos y que desde hace meses están bajo el sol, la lluvia o cualquier clima que se presente. Están allí sin perder su forma o su color demostrando ser un producto de altísima calidad, resistente y fabricado en Misiones. Varias empresas ya eligieron comprar productos ecológicos y entre los distintos trabajos realizados, están los camastros ubicados en el balneario Costa Sur de Posadas.

“Reciclamos para un futuro mejor, cada pieza de madera plástica comienza con basura reutilizada. Primero los plásticos se clasifican y se limpian para su siguiente fase, luego se funden y se transforman en listones de madera plástica y este proceso además de darle una segunda oportunidad a los residuos, ayuda a reducir la huella de carbono en comparación con la elaboración de materiales convencionales”, añadieron los creadores de Terekua.

En su catálogo, cada mueble recibe el nombre de algún árbol nativo de Misiones que no necesitó ser derribado o talado para transformarse en un mobiliario.

“Nuestra misión es brindar soluciones innovadoras que satisfagan las necesidades de la población a través de la elaboración de productos con residuos plásticos. Nuestro fin es abordar una problemática ambiental y generar un cambio social positivo, al mismo tiempo que favorecemos el desarrollo económico local. Reciclar una tonelada de plástico puede evitar la tala de hasta quince especies arbóreas”, finalizaron.

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