El desempleo crecerá en 2024 al ritmo de la recesión, partiendo de una base baja. También se profundizará la caída de los ingresos de la población, que lleva 6 años en continuado. Aunque intuitivamente uno podría pensar que habrá más conflictividad laboral a futuro, en contextos históricos similares pasó todo lo contrario: los gremios prefirieron cuidar los puestos de trabajo mientras caía la actividad económica.
Esas son las conclusiones a las que llegaron dos consultoras, Analytica y Vectorial, en sus informes semanales publicados en los últimos días.
La tasa de desocupación cerró 2023 en 5,7%. «El peor escenario laboral sería una reedición de lo acontecido durante la crisis del tequila (1994-95), con un desempleo aumentando en 3 puntos porcentuales (p.p.), hasta alcanzar 8,7% o el equivalente a unos 726.000 nuevos desocupados. Por su parte, si la reacción del mercado laboral se asemeja a lo sucedido en recesiones posteriores -escenario optimista-, el incremento en la tasa de desempleo sería del orden de 0,8 p.p., hasta alcanzar 6,5%, unos 179.000 puestos de trabajo», estimó Analytica, dirigida por Ricardo Delgado.
Ante un retroceso en el Producto Interno Bruto (PIB) del 3,2% y una tasa de 36,3% de trabajadores no registrados en el mercado formal -cifra que era de 33,6% en 2016-, los costos empresariales son menores por reducir puestos de empleo, analizó la consultora
Y puntualizó: «Existen pocos datos recientes sobre la contracción del empleo, pero se conoce que uno de los sectores más castigados es la construcción, que aporta el 9% del empleo asalariado total. En enero, cayó un 12,1% interanual, unos 51.400 puestos de trabajo menos. El dato adquiere relevancia, además, por el hecho de que una parte significativa de sus trabajadores provienen de los estratos sociales más bajos y, por otra parte, es un sector con una informalidad laboral del orden del 50%. En suma, hablamos de cerca de 900.000 trabajadores».
Esta semana, la Secretaría de Trabajo informó que en enero se perdieron 68.907 empleos. A mediados de marzo, fuentes del peronismo ya calculaban -sin estadísticas oficiales actualizadas- que el retroceso en los puestos de trabajo se acercaba a 300.000.
Una variable central para observar lo que puede pasar a futuro es la evolución del dólar oficial. En momentos de crisis donde hubo tipo de cambio fijo, la economía ajustó por cantidades (desempleo); mientras que cuando fue flexible, el ajuste vino por el lado de los precios (los salarios cayendo contra la inflación).
Por su lado, Vectorial, dirigida por el ex presidente del Banco Nación Eduardo Hecker y que tiene como economista jefe al ex viceministro de Economía Haroldo Montagu, hizo una comparación de la tasa de desocupación desde 1980 contra la cantidad de conflictos laborales.
«Cuando el riesgo de desempleo es menor (es decir, durante períodos de baja tasa de desempleo), los ingresos reales aumentan, hay más recursos disponibles y, como consecuencia, se intensifica la lucha por la distribución de estos recursos, lo que se refleja en un aumento de los conflictos laborales. Por el contrario, durante una recesión y con un mayor número de desempleados, la incidencia de estos conflictos disminuye«, señaló Vectorial en su reciente informe.
«Los datos parciales de los últimos cuatro meses, estimaciones a partir de variables proxy (como el consumo eléctrico de grandes usuarios) y artículos de la prensa sobre cierres de fábricas, retiros voluntarios, suspensiones en el sector privado y despidos en el sector público harían suponer, según la dinámica descrita, una disminución de la conflictividad laboral. Sin embargo, las estimaciones de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) para el primer trimestre de 2024 indican que la conflictividad laboral se ha más que triplicado con respecto al mismo período del año anterior«, advirtió la consultora.
Es que la Confederación General del Trabajo (CGT) anunció el segundo paro general durante el gobierno de Javier Milei, que será el 9 de mayo -el anterior había sido el 24 de enero- y su participación en la marcha universitaria este martes 23 de abril. Asimismo, ya hubo dos paros en el transporte público en AMBA y la situación puede agravarse a partir de este jueves 25, si no hay acuerdo en las negociaciones paritarias de los choferes enrolados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA).