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Familias rurales de San Pedro asumieron el compromiso de restaurar el monte

En yerbales antiguos o en funcionamiento plantan árboles nativos para conservar los suelos

viernes 19 de abril de 2024 | 18:00hs.

Lograr la simbiosis entre el hombre y la naturaleza es el principal desafío de la Fundación Vida Silvestre que ejecuta en Colonia Alegría, San Pedro, el proyecto “Restaurando el monte para las personas y la naturaleza”. En 2023 recuperaron 114 hectáreas en las que implementaron 22.500 plantines de especies nativas. La premisa es la incorporación del sistema agroforestal en 53 hectáreas de yerba mate en 24 chacras. Las familias recibieron un crédito, acceso al agua y fortalecimiento en un núcleo productivo. 

El proyecto resulta de suma importancia para preservar las conexiones entre los corredores biológicos del Norte de Misiones. Al estar, parte de esta superficie habitada por familias agrícolas, la manera de conseguir la preservación es lograr prácticas que resulten amigables con el medio ambiente sin perder de vista el interés de los dueños de las tierras que es la productividad y rentabilidad en sus unidades productivas. 

Por ello, desde Vida Silvestre formularon una propuesta que puede responder a la situación y resulte de interés para las familias, que al tiempo de asumir un compromiso con el medio ambiente vean resueltas algunas necesidades dentro de sus chacras. «Siempre buscamos que la cobertura de bosque se mantenga, que se pueda restaurar en algunas partes, pero no pensando solo en la parte ambiental sino en la parte social también», señaló Claudia Amicone, especialista en restauración y comunidad de Vida Silvestre. 

En todos los años de experiencia en proyectos de restauración, desde 2008 hasta la fecha, aprendieron lo suficiente como para agregarle componentes al proyecto y contemplar más allá de la reforestación. «Veíamos las necesidades de acceso al agua segura, fuimos combinando el plantar árboles con mejorar el acceso al agua de las familias, después le agregamos mejorar alguna actividad productiva que la gente elija y en entre esas actividades productivas a mejorar apareció esto de los sistemas agroforestales en cultivos, esto es, en un sistema productivo agregarle árboles nativos», contó Amicone en diálogo con El Territorio.

En este caso, el cultivo de mayor relevancia presente en casi todas las chacras es la yerba mate. «La gente está acostumbrada a hacer yerba mate de otra manera, le decimos de manera tradicional, ahora estamos con la idea de ‘te invitamos a probar hacerlo bajo sombra’. Algunas familias ya lo hacían sin darle ese nombre y contaban de los beneficios, es ir mejorando para que la calidad de vida de la gente que viva en la chacra no se deteriore», explicó sobre el surgimiento del componente SAF en el proyecto. 

«Con esta mirada conformamos el primer grupo de 24 familias y ya tenemos el segundo grupo de 31 núcleos, es decir, a la fecha estamos trabajando con 54 familias. La idea es terminar el año que viene con un total de 93 familias, con todas estas vamos a estar restaurando casi 400 hectáreas, todas recibirán los cuatro componentes del proyecto», destacó Claudia al hacer referencia sobre el alcance de la iniciativa durante los tres años de trabajo.  

Logros y proyecciones 

Los logros del proyecto desde el 2023 y las planificaciones hasta 2025 fueron presentados la semana pasada en la Biblioteca Popular Thay Morgenstern, con la presencia de los actores involucrados que detallaron las actividades llevadas a cabo mostrándose emocionados por el impacto positivo en la vida de las familias beneficiarias y en especial el aporte hacía la naturaleza.

Hasta 2025 replicarán las actividades y acercarán los beneficios de igual manera a un total de casi 100 familias. Estas, por asumir el compromiso, mostrarse abiertos y predispuestos en modificar prácticas de cultivo que resultaban perjudiciales para preservar los recursos naturales, reciben un incentivo. «Les proporcionamos un crédito de casi 300.000 pesos que lo utilizan en mejoramiento para la chacra, ayuda para fortalecer algún proyecto productivo, acceso al agua y los plantines para restauración, todo el proceso con capacitaciones y asesoramiento técnico», explicó el ingeniero Jonathan Villalba, técnico local de la Fundación Vida Silvestre. 

En Colonia Alegría la primera etapa ya ejecutada durante el año pasado benefició a 24 familias que conforman el grupo «Emprendedores», cada una puso a disposición cerca de cuatro hectáreas de la chacra para llevar a cabo la restauración en espacios macizos, otros para enriquecimiento y lo novedoso de esta experiencia son las hectáreas en las que incorporaron el Sistema Agroforestal (SAF) en yerbales nuevos y en yerbales ya existentes.

Para realizar las distintas actividades fue primordial el exitoso trabajo interdisciplinario entre la fundación, la Municipalidad, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y el Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesina e Indígena (Inafci), tal como reconocieron desde Vida Silvestre

«Generamos una sinergia súper efectiva, le dimos atención a temas productivos, pero también a los de cuidado de la naturaleza, no pudiéramos haberlo logrado solos, la participación de los técnicos de las instituciones socias del proyecto fue fundamental», dijeron.

Con la conformación del equipo de trabajo, organizaron las distintas etapas de tareas. La primera actividad fue hacerles entrega de un crédito de 290.000 pesos que lo recibieron ya materializados, es decir, decidieron en qué invertirlos y se le hizo entrega de esos bienes, luego se trabajó en el mejoramiento del acceso al agua con la construcción de reservorios, sistemas de bombeo y protección de vertientes.

La tercera actividad fue la asistencia técnica con asesoramiento en actividades productivas bajo buenas prácticas agrícolas ambientales. En este caso las familias eligieron la actividad a fortalecer o alguna a implementar, entre ellas sistemas agroforestales en yerba mate, horticultura, ganadería y apicultura.

Con las familias motivadas por las mejoras en sus chacras, llegó la cuarta y más relevante etapa del proyecto: la restauración. En esta etapa recibieron los plantines, que en total, entre las 24 chacras, sumaron 22.500 árboles de especies nativas. 

El éxito del sistema agroforestal

Si bien todo el proceso de desarrollo del proyecto resultó enriquecedor donde los productores incorporaron conocimientos por medio de jornadas de capacitaciones en temas de interés para las familias, lo que deja un antes y después es la inédita experiencia con la incorporación de sistemas forestales, esto porque les enseñaron cómo plantar desde cero la yerba mate y los árboles.

San Pedro es uno de los municipios entre los mayores productores de yerba mate, son cientos de hectáreas que en su momento fueron monte, por lo que buscar la manera de que una de las principales actividades económica y productiva del municipio se torne amigable con el medio ambiente es de suma necesidad cuando se habla de conservación. Lo más significativo es que los colonos se mostraron entusiasmados e incluso algunos ampliaron la cantidad de hectáreas inicial de yerba mate para tornarlos yerbales bajo SAF. 

Para esta práctica el grupo y los técnicos del Inta e Inafci recibieron implementos agrícolas, los que fueron adquiridos con fondos de la Fundación como un subsolador, nivel óptico y una calcareadora.

«Fue como el sueño del pibe, siempre como Inta soñamos en trabajar la yerba mate de esta manera, partir desde la base hasta la cosecha, tuvimos todas las herramientas, conocimientos para hacerlo, y por supuesto, el interés y apertura de las familias», valoró el ingeniero Luis Grondona a cargo de la extensión territorial del Inta en San Pedro.

Los plantines para el proyecto son proporcionados por Vida Silvestre con producción propia o compra a terceros como a la Escuela de la Familia Agrícola local o viveros comerciales de la zona.

En cuanto a la financiación para llevar a cabo este significante proyecto, que demanda millones de pesos, son proporcionados por la Fundación Mundial de Conservación de Holanda y la organización We Forest de Bélgica.

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