Con un salto en la producción de caña de azúcar este año, los ingenios tucumanos iniciaron la zafra con un resabio amargo. Este año la zafra arrancó en el ingenio Cruz Alta, que cumplió 200 años y es el más antiguo de la provincia. Pertenece a la empresa Los Balcanes, fundada por hace treinta años por Jorge Rocchia Ferro y su esposa Catalina Lonac, la dama que pisa fuerte en la industria azucarera argentina.
En esta zafra los dueños de Los Balcanes levantaron la bandera de incrementar la producción de etanol, un subproducto de la caña que se utiliza para generar biocombustible.
Este año la producción de azúcar en el país dará un salto marcado. En Tucumán esperar generar 20 millones de toneladas, un 20% más que el año pasado. Lo que a primera vista parece una buena noticia no lo es tanto: a mayor producción se corre el riesgo a que se desplomen los precios. El año pasado una bolsa de azúcar llegó a tocar los 40 dólares, en un contexto de suba de precios a nivel global, y este año ronda los 20 o 22 dólares, que no es un mal precio para el sector, pero ante una cosecha muy abundante podría bajar aún más.
Ante el diagnóstico del sector de que este año va a sobrar caña, Catalina Lonac es contundente. «Nunca sobra caña. Todos los ingenios tienen que hacer el alcohol necesario para que pueda mezclarse la nafta al 12% con etanol y sacar los excedentes de azúcar al exterior mediante azúcar crudo o mediante azúcar superrefinado».
Desde hace varios años la familia viene promoviendo la generación de bioetanol. Hoy la nafta que se vende en Argentina tiene un corte del 12% de bioetanol, que es aportado en partes iguales por la industria azucarera y la de maíz.
El problema es que cuando los precios del azúcar son muy buenos, muchos ingenios prefieren destinar toda su producción a este alimento y así no se termina de cubrir con la cuota de etanol.
«Nosotros hace 40 años que venimos invirtiendo en el alcohol y sabemos que las ganancias se ven a la larga«. En La Florida, otro de los ingenios que tienen en la provincia, Los Balcanes construyó una usina que se abastece del bagazo, el desperdicio de la caña, y que les permite generar su propia electricidad. A partir de esta zafra tendrán un excedente de energía para venderle a la provincia.
La falta de compromiso con el etanol de buena parte de los industriales se suma la pulseada con el gobierno nacional por el precio del biocombustible. A la Nación le corresponde fijar el pecio y el corte con la nafta, que hoy es del 12% pero la agroindustria busca llevara a 15%, mientras las petroleras prefieren mantener el status quo.
Reclamo por el precio
La última vez que se fijo el precio fue en febrero, en $ 580 y sostienen que hoy debería estar en $ 780. Catalina Rocchia Ferro, la hija de la pareja fundadora y actual gerente general de la compañía, habló en el acto que dio inicio a la zafra y en el que estuvo el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo.
«Nos preocupa un montón el precio del etanol. Con una inflación de dos dígitos mensuales que no te suban durante dos meses el precio y te aumenten todos los insumos el triple, por supuesto que preocupa y asusta. Pero nosotros estamos esperanzados en que esto se va a solucionar», sostuvo.
«La ley del etanol nunca se cumplió ni en el gobierno de Macri ni en el de Cristina», dice Catalina Lonac. La expectativa de los industriales es que merced a la buena relación que Jaldo trabó con el presidente Javier Milei, el tema se incluya en la Ley bases. «Por ahora la ley no dice nada del precio del etanol y eso nos pone en una situación de mucha debilidades frente al lobby petrolero que es muy fuerte», señala Lonac
Ante la falta de respuesta días atrás Jorge Rocchia Ferro envió una carta documento a las autoridades de la secretaria de Energía de la Nación, reclamando que actualice los valores.
«Nosotros tenemos la mirada puesta en el horizonte. Vamos a seguir haciendo alcohol, porque estamos convencidos de que el cambio de matriz energética de la Argentina no va a ser la electro movilidad, va a ser el alcohol«, aseguró Catalina de pie en medio del ingenio, minutos después de la misa que dio la bendición a la zafra y en la previa al almuerzo que compartieron obreros, ejecutivos y funcionarios.