Aunque debería estar disfrutando de uno de los momentos más importantes de su vida, una estafa se interpuso en la felicidad de Juana Repetto, luego de que se diera cuenta que los metros cuadrados por los que había pagado para construir su nueva casa no eran los que figuraban en la escritura. Además de comunicarse con su abogado, la actriz realizó su descargo a través de las redes sociales.
“Después de un mes de atraso por problemas que les cuento en esta historia, arrancamos la obra (…) Básicamente, el terreno tiene menos metros de lo que figuran en la escritura, o sea, de los que garpamos. El problema no está resuelto”, comenzó diciendo en sus historias de Instagram, cuenta en la que tiene 1.5 millones de seguidores.
En ese sentido, explicó que como las dimensiones no eran las mismas que el recibo de compraventa indicaba, tuvo que hacer algunas modificaciones en el tamaño de su futuro hogar. “Tuvimos que achicar la casa para poder empezar y no seguir perdiendo tiempo y guita. Hubo un agrimensor que informó que el terreno tiene las medidas que figuran en el plano de la escritura. Pero firmó sin medir porque, según él, como es un terreno baldío y no se construyó después de la última mensura, no hacía falta ir a medir”, sostuvo.
Por otra parte, la hija de Reina Reech y Nicolás Repetto indicó que aún no tenía conocimiento de quién había sido el culpable de la situación. “¿De quién es la responsabilidad? No sabemos aún. No hablé con los exdueños que son un amor. Me terminé haciendo casi amiga de la mujer del exdueño”, señaló.
Al hablar de las personas a las que le compró el terreno, destacó que ellos actuaron de la manera correcta: “Los dueños anteriores contrataron un agrimensor para que vaya a medir el terreno y diga ‘sí, ustedes están vendiendo un terreno que tiene la misma cantidad de metros que figuran en la escritura’. Los dueños le pagaron al tipo y listo. No fueron a medir ellos, no tienen ningún tipo de responsabilidad”.
Y completó: “Mi agrimensor va mañana y ahí me va a decir dónde está el problema. Ahí veremos si le reclamo a alguien que me pague los metros que me corresponden, si le pido a alguien que mueva una red y me devuelva los metros. No sé qué va a pasar. Pero para empezar tenía que achicar la casa porque si no, hasta que revelemos de dónde viene, andá a saber cuándo empezaba”.
Para quienes tienen su hijo a punto de cumplir la edad necesaria para comenzar el jardín, el momento de encontrar una vacante suele ser un dolor de cabeza. A principios de marzo, la influencer contó su experiencia.
Juana quiere que Belisario, su hijo menor, se acostumbre a temprana edad a la escolaridad y es por eso que busca adentrarse al mundo escolar desde pequeño. “Lo mando a sala de tres siendo tan chiquito porque después no hay vacantes. No encontré una rutina todavía que nos funcione. Él se despierta con Toro a las 7 am, intento hacerlo dormir y no puedo. Hoy se durmió una siesta tipo 11, lo desperté y vinimos con un tupper al auto. Estoy buscando la rutina de sala de 3 y no le encuentro la vuelta”, lanzó desde su Instagram.
LA NACION