sábado 30 de marzo de 2024 | 7:15hs.
Un camino procesional apegado a la fe popular es el ascenso al Cerro Monje, ubicado a unos siete kilómetros del casco urbano de la localidad de San Javier y sobre la costa del río Uruguay. Esta peregrinación centenaria con ecos de milagros entremezclados con leyendas se realiza especialmente en Viernes Santo, cuando miles de peregrinos de Misiones, todo el Litoral y también países vecinos se suman a la caravana penitente para caminar hacia la cima, donde se encuentra la capilla.
El oratorio tiene en su interior imágenes marianas y la santa cruz, entre otras, y también conservan sus paredes blancas la intangible memoria de la fe de generaciones. Y ayer por esa misma senda elevada -y con vista al hermano Brasil- que recorrieron baqueanos y recién llegados a estos suelos buscando curación desde al menos finales del siglo XIX, anduvieron los creyentes con sus rosarios y velas y botellas para bendecir el agua.
Es que el cerro santo con fama de sanador está en el corazón de la devoción del pueblo misionero católico y por ello desde el jueves hubo procesión y vigilia y muchos acamparon para estar allí a primera hora de ayer y recorrer las estaciones del vía crucis que están por el predio y no perderse la tradicional representación de la pasión de Jesucristo a cargo de los grupos de jóvenes de las iglesias y organizado por la parroquia local San Francisco Javier.
“Invitación a reflexionar”
El sacerdote Simón Sugi Duli (SVD), párroco de Inmaculado Corazón de María, de Villa Cabello (Posadas), estuvo en la ceremonia religiosa en el único día del calendario católico que no hay misa y dirigió unas palabras a los presentes: “Luego de ver y contemplar el Vía Crucis viviente de Jesús, quisiera invitarlos, invitarnos, a reflexionar este Viernes Santo sobre que el mundo está de luto y sin saber el porqué. El mundo está de luto, hay silencio, hay dolor, hay gritos en todas partes. Y hoy en la cima de este Cerro Monje nosotros somos testigos de esta historia de la salvación”, comenzó su alocución.
Y continuó: “Los niños, adolescentes y jóvenes que hicieron esta representación tan emotiva nos ayudaron una vez más a refrescar la memoria de nuestra historia de la salvación. Vimos la imagen desfigurada del Hijo de Dios, lo hemos visto golpeado, caído una y otra vez y lo vimos levantarse para ayudarnos a nosotros también a levantarnos junto a él y alzar nuestra dignidad desde nuestras tantas caídas”.
“Estos chicos con este Vía Crucis viviente nos ayudan a reflexionar sobre un mundo injusto, un mundo con sus poderes (con sus poderosos), que ha tomado la decisión injusta matando al hombre justo”, dijo.
Jesucristo carga la cruz y comienza la Vía Dolorosa, una escena de la representación del vía crucis viviente en Cerro Monje. Fotos: Matías Peralta
“Esa es la historia que hoy nosotros vemos una vez más en este Viernes Santo, y que es un proceso que nos habla de que el mundo y los poderosos en todos los tiempos y hoy también van en contra de los buenos hijos e hijas de Dios. Y frente a esta injusticia viene otra corriente, esta corriente contraria que viene de Dios para mostrar su justicia”, expuso.
Y cerró resaltando que la pasión de Cristo y la historia de la salvación “es la revolución de Dios” en la tierra, “hace resucitar a su hijo Jesús” en una victoria contra la injusticia y el mal. “La resurrección del hijo de Dios, del hombre justo, fue es y será por siempre la revolución de Dios contra la injusticia y contra la maldad de los poderes de turno”.
“No es fácil esta representación”
El Vía Crucis viviente es una de las actividades salientes y más convocantes de la Semana Santa en el Cerro Monje, al ver esta escenificación desde los primeros años de la vida de Jesús y su pasión, muerte y resurrección, muchas personas lloran emocionadas.
Danilo fue el joven que tuvo la responsabilidad de interpretar a Jesucristo y en la previa de la actuación contó a El Territorio: “Es un día único el Viernes Santo, nos preparamos mucho para esta representación, no es fácil hacer esta representación de la pasión de Cristo, ponerse en el papel de Jesús. Gracias a Dios hay un lindo equipo de jóvenes y mucho apoyo y ellos me eligieron para representar este papel este año”.
Los jóvenes que formaron parte de esta expresión de fe ponderaron que la fecha tiene un profundo significado. “La Semana Santa celebra el amor de Jesucristo que dio su vida por la humanidad; quién más que él pudo haber dado su vida por nosotros, y en el vía crucis vemos el dolor físico, el dolor espiritual, el peso de la cruz cargando todos nuestros pecados”, refirieron.
En sus comentarios, los vecinos indicaron que en la actualidad ya no es tan masiva la larga caminata de kilómetros para llegar al cerro sino que es más frecuente hacer el tramo en bicicleta, auto, caballo, aunque claro que el último tirón se hace a pie.
Origen de la devoción
El Cerro Monje adquirió su halo místico y sanador desde la segunda mitad del siglo XIX y mediante la tradición oral. Aunque luego este clamor de fe popular fue recogido por diferentes plumas a lo largo de los años que plasmaron los testimonios.
El sitio oficial de la congregación Misioneros del Verbo Divino (SVD) señala que si bien hay variadas versiones, las crónicas se conectan al mencionar la presencia de un monje italiano que se refugió en el cerro hacia 1852, luego de sobrevivir a un naufragio.
Dicen los textos que en la cima plantó una cruz traída de un pueblo jesuítico del Brasil y levantó una capilla al Señor de los Desiertos. La cruz considerada milagrosa y sanadora habría sido devuelta a su lugar de origen y con el tiempo el monje también partió, pero la gente seguía yendo al cerro a rezar y a vestir a los santos de la capilla. Otro relato sostiene que el agua de la vertiente donde bebía el religioso quedó santificada… Así, historia, cultura, religiosidad y naturaleza se entrelazan para mantener viva esta identidad de fe.
El Vía Crucis fue organizado por los jóvenes de la parroquia San Francisco Javier.
Uno de los momentos más conmocionantes de la representación del Vía Crucis, Cristo crucificado.
Quienes visitaron el Cerro Monje realizaron las estaciones del Vía Crucis. Fotos: Matías Peralta
El sacerdote Simón Sugi Duli destacó la participación de los niños y jóvenes.
A pie, a caballo, en vehículos, los promeseros subieron el cerro santo.
Miles de peregrinos llegaron a Cerro Monje el Viernes Santo, una tradición que se remonta al siglo XIX.