Ante el riesgo –por ahora incierto- de que la Cámara de Diputados siga los pasos del Senado y rechace el mega DNU 70/23, la bancada de diputados de Pro busca curar al Gobierno –su aliado- en salud. Por ello presentó en las últimas horas un paquete de proyectos que replican algunos de los capítulos claves del decreto –entre ellos la reforma laboral– con el objetivo de que el Congreso las convierta en ley y queden así a salvo ante un eventual naufragio del DNU.
La estrategia se conversó en la Casa Rosada entre Guillermo Francos, ministro del Interior, y los líderes parlamentarios de Pro, de la UCR y Hacemos Coalición Federal. Si bien el funcionario se mostró receptivo a la idea de los legisladores de avanzar con “leyes espejo” al DNU, lo cierto es que el presidente Javier Milei no parece estar del todo convencido; fiel a su estilo a todo o nada, prefiere dar la pelea frente a sus adversarios –como si el DNU fuese un botín de guerra- antes que claudicar con leyes espejo que reprodujeran solo en parte su contenido.
“No creemos que esté caído el DNU en Diputados. Si se cae (el decreto), volveremos a la carga con otros DNU, con otros formatos, para que las reformas tengan lugar. No estamos dispuestos a bajar los brazos; la política tiene que entender que se acabaron sus privilegios”, aseveró el presidente tras advertir que aquellos que rechacen el DNU en Diputados serán debidamente expuestos ante la luz pública como “enemigos de la sociedad”. Milei en estado puro.
Los diputados de la oposición dialoguista creen que no hay que tentar al demonio: si bien el kirchnerismo y los sectores más duros de la oposición todavía no reúnen los votos para voltear el decreto, están apenas a diez votos de alcanzar el quorum. El decreto por ahora está a salvo, pero nadie puede garantizar por cuánto tiempo más. De allí el coro de voces que aconsejan salvaguardar por ley los capítulos que mayor consenso reúnen, como la reforma laboral o la derogación de la ley de alquileres.
“El decreto fue una herramienta equivocada para reformas relevantes, pero no podemos interrumpir la vigencia de algunas medidas importantes que volverían a afectar la vida diaria de la gente –sostiene Nicolás Massot, de Hacemos Coalición Federal-. Creo que la solución es tratar legislativamente de manera inmediata los contenidos del decreto y entonces reemplazarlo por ley antes que derogarlo. Así, entre otras cosas, podremos dejar firme por ley la reforma laboral, que constituye el corazón del decreto y urge para la expansión del empleo entre industriales y emprendedores”.
En esa misma línea, los diputados de Pro comandados por Cristian Ritondo presentaron tres proyectos de ley para modernizar la legislación laboral vigente que van en línea con el megadecreto: allí proponen ampliar el período de prueba, incentivar la registración laboral brindando beneficios en las cargas sociales, simplificar la burocracia para la registración de empleados y declarar servicios esenciales a áreas clave para garantizar su prestación frente a huelgas y reclamos sindicales que interrumpen el normal funcionamiento de la sociedad.
También reprodujeron en un proyecto la derogación de la ley de alquileres, contenido en el DNU, con el argumento de que esta medida dio fuertes signos de recuperación con una mayor oferta y precios más bajos. Asimismo, de la mano de la diputada Florencia De Sensi, presentaron un proyecto que permite a los clubes de fútbol optar por operar bajo la figura de Sociedades Anónimas Deportivas, también contenido en el mega decreto.
La diputada Silvana Giudici, por su parte, presentó un proyecto para desregular la prestación de internet, que apunta a permitir en el país la prestación del servicio de internet satelital. “Apunta a la competencia y a que cada vez más argentinos tengan conectividad en las zonas desfavorables y alejadas. Eso fomentará la competencia y que los usuarios puedan conseguir mejores servicios a menor tarifa” explicó Giudici.
Por otra parte, legisladores de Pro presentaron sendos proyectos que estaban contenidos en “Ley de Bases” original pero que, en esta nueva versión a ser enviada al Congreso, ya no estarían incluidas. Una de ellas, auspiciada por María Eugenia Vidal, es la que elimina las jubilaciones de privilegio del presidente y vicepresidente de la Nación; la segunda, impulsada por Alejandro Finnochiaro, es la que declara la educación como un servicio esencial, y así garantizar los 180 días de clases en todas las escuelas del país.