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Inflación: el Gobierno va a analizar las cadenas de valor de los productos de la canasta

En medio del avance galopante de la inflación, la Subsecretaría de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial, área que depende del Ministerio de Economía, tiene previsto realizar nuevos estudios sobre las cadenas de valor de algunos productos de la canasta básica.

“Necesitamos contar con la información acerca de cuáles son las instancias en la formación de los precios, básicamente de los alimentos que más consume la gente y que aumentaron mucho en el último año”, confió una alta fuente de la Subsecretaria que actualmente está a cargo de Fernando Blanco Muiño. El funcionario fue también director nacional de Defensa del Consumidor durante el gobierno de Mauricio Macri.

La cadena de valor es la secuencia de actividades que le agregan valor a un producto o servicio. Es decir, que el trabajo de la cartera será hacer un seguimiento de las acciones que realiza la empresa durante el proceso de creación y desarrollo de sus productos, que le permiten venderlos a un precio mayor. Esta trazabilidad en la formación de los precios puede utilizarse para analizar el valor creado por una empresa y su comparación con otras compañías de su sector, e incluso de diferentes sectores.

Según la fuente oficial, este análisis ayuda a determinar la ventaja competitiva de la empresa. «Para los consumidores, también es un instrumento útil para entender de dónde surge el monto que el comerciante pretende cobrar por determinado producto o servicio», agregó la fuente oficial.

La idea de la Subsecretaría, ahora con múltiples funciones, es empezar por analizar la cadena de valor de los alimentos más esenciales del consumo familiar, como el aceite, el arroz, y también las frutas y verduras. Este análisis se va a hacer “por producto”, comentó la fuente oficial, aunque aún no se definieron cuáles van a ser los primeros artículos analizados.

Desde el ámbito privado, también se vienen haciendo este tipo de relevamientos, dado que los alimentos conforman un rubro que viene registrando aumentos por encima de la inflación general. En 2023, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 211%, mientras los alimentos y bebidas crecieron 251,3%.

Los aumentos de precios de los alimentos inciden fuertemente en el presupuesto de las familias, especialmente en aquellas de menores ingresos quienes destinan mayor porcentaje de sus ingresos a las compras de estos productos.

Según un reciente informe de la Cámara de la Mediana Empresa (CAME), en diciembre de 2023 los precios de los agroalimentos se multiplicaron por 3,5 veces del campo (origen) a la góndola (destino). Es decir, el consumidor pagó $ 3,5 por cada $ 1 que recibió el productor.

En promedio, según este análisis, la participación del productor explicó el 26,3% de los precios de venta final. La mayor participación la tuvieron los productores de frutilla (52%), mientras que la menor fue para los de manzana roja (11%), según arrojó como resultados, el último Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de CAME.

Un ingrediente que juega en la conformación de los precios son los impuestos. Según la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) el 25% del precio final de los alimentos está conformado por impuestos. Con lo cual, tienen un impacto significativo en los costos de producción y en la cadena comercial.

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