lunes 22 de enero de 2024 | 5:30hs.
Más de setenta personas, dejaron sus planes del verano para viajar al departamento de San Pedro, con el objetivo de utilizar parte de las vacaciones en capacitar y asistir a varias comunidades aborígenes.
Se trata de personas que pertenecen a la Biblioteca Popular Palabras del Alma, de Pilar, Buenos Aires que llegaron a San Pedro con donaciones, que en un primer momento estaban orientadas a materiales educativos; pero se debieron orientar a otras necesidades que demandan desde las comunidades como la alimentación. El grupo está formado por varios profesionales quienes se encargan de llevar a cabo las jornadas de capacitación de manera voluntaria.
La visita constó de cinco jornadas que se llevaron a cabo en la Escuela de la Familia Agrícola (EFA), que cedió el espacio para que sea posible la realización de valiosa propuesta. En simultáneo otro grupo visitó bibliotecas que se crearon en varias comunidades aborígenes de San Pedro y Pozo Azul; a lo que sumaron visitas al barrio Escuelita y Terciados Paraíso. En las bibliotecas, reforzaron la disponibilidad de libros y demás materiales didácticos ya que se trata de espacios que ofrecen talleres a la comunidad.
El conjunto de acciones y el trabajo voluntario que se generó en San Pedro, es sumamente valioso por fomentar la lectura en zonas alejadas y carenciadas, en las que la presencia de espacios culturales es prácticamente nulo y porque dan la posibilidad a que ciento de jóvenes y adultos indígenas accedan a conocimientos sobre distintos temas que aporta a la defensa de sus derechos. Las jornadas de formación se desarrollaron del miércoles al domingo último, en un ambiente donde primó el intercambio de conocimientos entre los visitantes y los indígenas que llegaron desde veinte comunidades distintas de la zona.
Algunos de los temas abordados durante los talleres fueron la Educación Sexual Integral, historia, literatura y análisis de poesía, yoga, extractivismo, derechos laborales y derecho indígena. De este último lo destacable fue que se armó la clase de manera conjunta entre estudiantes de derecho de la Universidad de Buenos Aires e indígenas.
En tal sentido, Hernán Nemi de Palabras del Alma, destacó que “los guaraníes dieron una clase de su lengua, del guaraní para los de Buenos Aires, la idea fue que circule la palabra en todas las direcciones, fue un momento muy importante para nosotros, porque con esto nos llevamos mucho más de lo que trajimos”.
Así como se nutrieron con nuevos conocimientos, les generó preocupación y tristeza ver las carencias que atraviesan varias comunidades, donde plantearon principalmente asistencia con alimentos. “Muchase comunidades están pidiendo ayuda alimentaria, hay una gran cantidad de comunidades que lo que están pidiendo es el envío de mercadería. Nos gustaría más que pidan bibliotecas o talleres pero la realidad del país es muy dura y eso se hace sentir con mucha fuerza”, indicó Hernán.
Para este grupo de personas, dejar sus actividades cotidianas y viajar por más de mil kilómetros a fin de estar cerca de quienes necesitan, cuando quizás podían disfrutar otros atractivos, para nada representa un sacrificio sino más bien felicidad de fusionar la diversidad de manera respetuosa, armónica y renovar las energías desde la simplicidad. “Para nosotros es el encuentro entre quienes somos distintos y a la vez compartimos los mismos sueños. Cada momento compartido con nuestros hermanos y hermanas guaraníes es un abrazo que nos convoca a caminar y luchar juntos”, coincidió el grupo.
Un espacio para la lectura en medio del monte
En esta oportunidad visitaron las bibliotecas que crearon en Terciados Paraíso, en comunidades aborígenes de San Pedro como Alecrín y Pozo Azul, que resultaron repletas de novedades y pese a todas las dificultades les genera motivación al grupo. En el caso de Pozo Azul, se planteó la reestructuración de una biblioteca que, por distintas razones, dejó de funcionar en la zona urbana. “Tuvimos una reunión con amigos y amigas de Pozo Azul que van a reabrir la biblioteca que se creó en la zona urbana, la idea es que sea un espacio cultural, con talleres y apoyo escolar dentro del municipio, es una linda novedad del viaje”, señaló Nemi.
Uno de los momentos más cargados de emoción, alegría y sentido de pertenencia -y donde se puso en evidencia la cultura indígena- tuvo lugar en la comunidad de Pozo Azul I, donde pintaron de manera comunitaria un mural en las paredes de la biblioteca, allí el monte, el cielo y los pájaros tomaron protagonismo en una magnifica pintura que puso en relevancia lo encantador de disfrutar del intercambio cultural.
Por otra parte, en la comunidad Amambay Poty, realizaron la entrega de un violín para que puedan armar un coro con los niños y niñas.