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El protocolo antipiquetes vuelve a rendir examen ahora con la marcha de la CGT

El protocolo anti-piquetes que impulsó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quedará nuevamente en el centro de la escena a una semana de su debut. La marcha «simbólica» de la CGT, con adhesión acotada de las dos CTA y algunas organizaciones sociales, a Tribunales para oficializar su presentación judicial contra el megadecreto que firmó Javier Milei vuelve a poner a prueba la decisión política del gobierno nacional y de la Ciudad de no permitir cortes de calle.

El Ejecutivo porteño, a cargo de la seguridad del distrito, ya mostró su pragmatismo al permitir las protestas con cacerolazos en diferentes puntos de la Ciudad y frente al Congreso el miércoles de la semana pasada, cuando los manifestantes terminaron por echar a policías de las inmediaciones del Palacio Legislativo.

Marcha piquetera . Operativo de control piqueteros  a Plaza Mayo Foto: Guillermo Rodriguez Adami -Marcha piquetera . Operativo de control piqueteros a Plaza Mayo Foto: Guillermo Rodriguez Adami –De cara a la protesta de mañana, desde el ministerio de Seguridad porteño, a cargo Waldo Wolf, secundado por Diego Kravetz, mantuvieron contactos con los referentes de la central obrera para que la marcha se concentre en Plaza Lavalle.

La idea es poner pautas y que las puedan acatar. No vamos a dejar que corten. Y si hay más manifestantes de los que entren en la plaza, diremos desde qué hora y hasta cuándo cortaremos el tránsito. Queremos tener el control”, explicaron a Clarín fuentes de la cartera porteña.

Javier Milei junto a Patricia Bullrich y Karina Milei monitoreando el operativo  Javier Milei monitoreando la marcha del 20 de diciembreJavier Milei junto a Patricia Bullrich y Karina Milei monitoreando el operativo Javier Milei monitoreando la marcha del 20 de diciembreAlgunos gremios ya avisaron que se movilizarán en forma acotada por el centro porteño. La UTA, desde el Congreso, y Sanidad, desde Callao y Corrientes. Pero -en principio- no tienen previsto cortar el tránsito.

Las fuerzas de Seguridad federales, en tanto, volverán a controlar los accesos a la Capital y estaciones de trenes, como hicieron el miércoles pasado durante la marcha de agrupaciones piqueteras de izquierda. El miércoles pasado hubo agentes de Gendarmería y de Policía Federal en las inmediaciones de Plaza de Mayo.

Otra vez habrá comando unificado entre la cartera porteña y la nacional. Sin embargo, en la jefatura de gobierno porteño y en la Presidencia se juegan estrategias distintas. “Llevamos 16 días en el gobierno y ya hicieron 3 marchas”, marcó la cancha Bullrich durante la conferencia de prensa que brindó por la mañana del martes en su Ministerio.

A la ex candidata presidencial de JxC no le interesa tender puentes ni diálogo con los actores que se manifiesten. “Ellos están en una actitud de agresividad para con el Gobierno y de oposición con lo cual no me voy a poner a negociar. Estamos decididos a llevar adelante las reformas y no vamos a cambiarlas”, le escucharon decir a la ministra.

En algunos sectores del gobierno de Jorge Macri cuestionan el alto perfil que Bullrich le imprime al protocolo, porque carga tintas en un escenario volátil y de alta conflictividad social, pero no tiene jurisdicción para intervenir. Advierten que el costo político, si hay errores o excesos, recaerá inexorablemente sobre el ejecutivo porteño. Si sale bien, lo cosechará la ministra antes que cualquier otro dirigente.

La Ciudad no adhirió formalmente al protocolo, pero señalan que comparten la mirada política con el gobierno nacional en la materia y que están compenetrados en garantizar la libre circulación y con plasmar un cambio cultural en el que se puedan designar lugares de protesta, pero evitando marchas en la vía pública que corten el tránsito. El gobierno bonaerense de Axel Kicillof, en tanto, ya se manifestó en contra del polémico protocolo.

A última hora, la Ciudad y la Nación emitieron un comunicado conjunto para enfatizar que están en la misma página. «Cambio de era: la CGT pidió autorización para la realización de un acto», es el título del texto que califica como «histórico» el detalle. Además informaron que la central obrera pagó un seguro de $10 millones de responsabilidad civil. «Hay un cambio cultural en esta manifestación, por primera vez la CGT pide autorización a las autoridades competentes», señaló Wolf. Desde la cúpula de la CGT relativizaron la novedad y advirtieron que siempre avisan con anticipación a las autoridades. Destacaron además que en otras oportunidades ya habían pagado seguros. «Lo hicimos el 1 de mayo», recordaron.

El debut del protocolo, con la movilización de Unidad Piquetera a Plaza de Mayo, fue vivido como un éxito por el Ejecutivo. El Presidente se movilizó hasta el comando central de la Policía Federal para escenificar la supervisión del operativo cuyo costo ahora el Gobierno pretende facturarle a las organizaciones de izquierda. Allí y en la reunión de Gabinete del jueves Milei felicitó a su ministra de Seguridad y pidió aplausos para ella.

Eduardo Belliboni, del Polo Obrero, que la semana pasada fue el primero en desafiar al Ejecutivo -en soledad- estuvo este martes en la CGT para participar de la reunión organizativa, aunque finalmente no se reunió a solas con Pablo Moyano como estaba estipulado. Se fue por la puerta de atrás sin hacer declaraciones, pero este miércoles acompañará a las organizaciones del peronismo y a las centrales obrera.

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