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Siempre dispuestos a aprender

Días atrás se realizó la última clase de apoyo del año en el comedor y merendero “Ellos no tienen la culpa”, que se levanta en la Chacra 159 de Posadas en reconocimiento al recordado Don Jorge Fedorischak “por su labor en defensa de la minoridad marginada”.

Hasta este espacio y a fuerza de voluntad, las maestras, Paula Dos Santos y Adriana Dalio, se acercan para impartir conocimientos a una treintena de chicos de los barrios de los alrededores que más lo necesitan (Villa Cabello, Chacra 158, y villas El Chavo y La favela).

Ambas realizan esta tarea con profundo amor y dedicación desde hace siete años. “Es una responsabilidad muy grande, pero, a la vez, es una experiencia que nos resulta reconfortante”, señalaron las docentes, que, además, se encargan de preparar la merienda para los “alumnos” que asisten a las dos horas de apoyo escolar “y que se muestran muy interesados en aprender, y son muy participativos”.

Al principio el estudio era para algunos chicos un buen pretexto para poder obtener un plato de comida, pero en la ecuación, el aprendizaje se impuso y el conocimiento salió ganando. “Nosotras les enseñamos matemáticas, lengua, ciencias naturales, pero también les inculcamos el respeto, los valores, y los escuchamos, que muchas veces es lo que necesitan”, comentaron.

Pero detrás de este proyecto, existe una estructura que sostiene al comedor y merendero en su día a día, como es el caso de Mario y Rosa, sobrinos nietos de Don Fedorischak, que, con evidentes muestras de responsabilidad, continúan con la obra en bien de la comunidad.

Junto a ellos, otras seis personas hacen de soporte de manera voluntaria de este espacio que nació en 2013 y que cumple su función de manera ininterrumpida, gracias a los aportes de particulares que confían en que todo será bien recibido y distribuido, y del Ministerio de Desarrollo Social en lo que a alimentos se refiere.

El local abre sus puertas tres veces a la semana con almuerzo y merienda, y cuenta con salones para apoyo escolar, trámites, documentaciones y asesoramiento. Los vecinos también los utilizan para realizar las reuniones familiares como cumpleaños o celebraciones de quince años.

Las docentes que allí se desempeñan están convencidas de que “todos merecemos las mismas oportunidades, y si bien a ellos les tocó estar en este contexto difícil, se merecen lo mejor. Todos los chicos merecen lo mejor. Lamentablemente no sucede siempre, pero si podemos dar una mano a alguien, a cualquier persona, pero sobre todo a los chicos, es nuestra obligación como persona”.

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